Ir al supermercado con un niño de dos o tres años puede ser algo sumamente estresante o una experiencia agradable, según como nos organicemos.
Aquí hay algunas claves para ir de compras al supermercado con los niños y no volverse locos en el intento.
En lo posible ir entre semana en un horario en el que haya poca gente, como temprano por la mañana o a primera hora de la tarde.
Antes de entrar, explicarle lo que vamos a hacer y que necesitamos que se quede sentadito en la silla del carrito y que se tiene que portar bien.
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En algunos supermercados hay carritos pequeños o canastos con rueditas que los niños pueden llevar y les resultan muy divertidos. Puedes dejar que coloquen ahí los productos que ellos consumen como su leche, sus toallitas, etc.
Armar una lista de la compra para no perder tiempo y alargar demasiado la compra.
Organizar un recorrido para no estar de un lado al otro del supermercado buscando los productos.
Podemos llevarle unas galletitas o un juguete para que el niño se distraiga un rato mientras compramos.
Hacerlo partícipe de la compra con comentarios del tipo “vamos a comprar los yogures de fresa que tanto te gustan". Así se mantendrá entretenido.
En el carrito están al alcance de todo, por lo que seguramente meterá en el carro cosas que tú no pretendes comprar. Quítalos disimuladamente cuando no te vea para evitar rabietas.
Por último, si se ha portado bien, felicitarlo y premiarlo a la salida.
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