Sentir un poco de ansiedad ante un examen es algo perfectamente normal, y es algo que les ocurre con frecuencia a los niños y/o adolescentes durante las épocas de exámenes.
Y es que todos experimentamos un poco de estrés ante situaciones sobre las que no tenemos el control absoluto, o cuando sabemos que nos van a evaluar de alguna manera.
Sin embargo, hay algunos casos en los que este estrés puede llegar a ser tan elevado que incluso se puede convertir en incapacitante. Y cuando le sucede a nuestros hijos es motivo de preocupación para los padres.
Si este es tu caso, no te angusties, hay algunas recomendaciones que puedes poner en práctica para ayudar a tus hijos en estas situaciones. Te contamos cómo ayudar a niños y adolescentes que se estresan mucho con los exámenes.
Cómo ayudar a niños y adolescentes que se estresan mucho con los exámenes
Antes de presentar exámenes el nivel de estrés de nuestros hijos puede aumentar considerablemente.
Pero esto no es algo irremediable, pues existen varias actividades que tu hijo puede realizar, y que le ayudarán a gestionar el estrés. Entre ellas están:
Estudiar sabiamente: organizarse
Uno de los errores que muchos estudiantes cometen es estudiar el día previo al examen. Esto solo genera estrés y ansiedad. Lo ideal es estudiar con tiempo todos los temas y solo hacer un breve repaso o lectura de la materia el día antes de presentarse al examen.
Para esto es importante tener claro y organizarse bien las semanas y los temas a estudiar, para estudiar sin atiborrarse de información.
Y tú, como padre o madre, puedes ayudar a tu hijo a dividir los temas que necesita estudiar y a gestionar el tiempo para hacerlo, dejando periodos de descanso entre uno y otro.
Cuidar la alimentación
La alimentación afecta a todos los ámbitos de la vida de los seres humanos. Por ello es importante prestar detallada atención a lo que comen nuestros hijos durante la temporada de exámenes y evaluaciones.
Tratar de que coman lo más equilibrado posible, aminorando al máximo el consumo de comidas picantes, azúcares, grasas no saludables y harinas y alimentos procesados. Los alimentos de color verde, como brócoli, calabaza o calabacines, son ideales, pues favorecen la oxigenación del cerebro.
Recuerda que tu hijo necesita glucosa para que su cerebro funcione bien (sobre todo en épocas de estrés), y por ello necesita tener energía y estar bien alimentado.
Hacer ejercicio y activarse
Realizar ejercicio de manera regular ayuda al bienestar integral de las personas, pues no solo mejora el aspecto físico y la salud, sino que además ayuda a nuestro cerebro a segregar las hormonas relacionadas con la felicidad, lo que se traduce en una reducción significativa del estrés.
No es necesario realizar intensas jornadas de entrenamiento; basta con una simple caminata o con hacer cualquier tipo de actividad física con cierta regularidad. Un consejo: si es al aire libre, resulta mucho más beneficioso.
Dormir bien y respetar los ritmos
El sueño, al igual que la alimentación, es muy importante para que nuestro cerebro esté en óptimas condiciones (nuestro cerebro necesita rutinas, y que estas sean saludables).
Por esto es necesario tener una buena noche de sueño. Procura que tus hijos duerman lo mejor posible durante la época de exámenes. Puedes ayudarles con ejercicios de relajación para hacerlo, o de visualización (imaginarse escenas agradables y relajantes antes de ir a dormir), o bien recurrir a la hora del cuento, por ejemplo.
En relación a la relajación, te animamos a que realices con ellos ejercicios de relajación muscular y mental la noche antes de los exámenes, para ayudar a liberar la tensión y poder dormir mejor. Una buena noche de sueño le ayudará a gestionar mejor la ansiedad.
Controlar la respiración
Se ha comprobado que uno de los recursos más útiles para el control y reducción de los niveles de estrés es la respiración. Cuando tenemos altos niveles de ansiedad, nuestra respiración se altera, volviéndose más rápida, agitada y superficial.
Aprender ejercicios simples para respirar con más control y calma, ayuda a los más pequeños a aliviar el estrés (el yoga puede resultar muy útil en estos casos).
Un ejercicio simple es inhalar contando en tu mente hasta cuatro, sostener la respiración contando hasta cuatro, exhalar, contando hasta cuatro y retener nuevamente, contando hasta cuatro también (siempre cuenta en tu mente). Las cifras pueden variar, en función de lo que tu hijo necesite.
Recrearse y buscar momentos para desconectar
Durante la época de exámenes es posible que nuestros hijos se sumerjan en mucha preocupación y se sobrecarguen de ansiedad. Por esto es necesario contar con una válvula de escape que les ayude a aliviar la presión.
Es importante dejar un tiempo libre para distraerse y hacer algo que sea de su agrado, como salir con sus amigos, ir al cine o hacer cualquier otra actividad que les ayude a sentirse mejor.
A veces es necesario recordarles en estos momentos que se centren en lo que hacen, que no se preocupen por estudiar y que disfruten (hay tiempo para todo; lo importante es respetar los propios ritmos y organizarse bien).
"A veces, lo más productivo que puedes hacer es relajarte."
-Mark Black-
Consejos para aplicar durante el examen
Una vez que ha pasado la época de estudiar y que ha llegado el momento de realizar los exámenes, el estrés puede jugar una mala pasada. Es entonces aquí cuando podemos aplicar los siguientes consejos. Así, acompaña a tu hijo a:
- Que se presente al examen con seguridad y con una buena actitud. Si se siente confiado tendrá menos estrés. Anímale a que lo intente, aunque no lo sienta realmente así.
- Una vez tenga el examen frente a él, que lea cuidadosamente cada pregunta antes de responder. Sobre todo, que no se apresure por responder.
- Si se siente muy incómodo o tenso, puede moverse un poco o cambiar la posición en la que está sentado, para ayudar a relajar un poco la musculatura.
- Si se queda en blanco ante una pregunta, que no se angustie; que salte a la siguiente y luego vuelva a la primera.
- Recuérdale la importancia de la respiración. Si se siente muy angustiado, que respire lentamente, de forma consciente, y se concentre en cómo el aire entra y sale de sus pulmones. Puede cerrar unos momentos los ojos para concentrarse.
- Que tenga en mente que no hay prisa, que no tiene por qué entregar pronto el examen y que no pasa nada malo si es la última persona en entregarlo.
Si el estrés ante los exámenes es significativo y no se alivia con la aplicación de estos consejos, es recomendable que acudas con tu hijo a un especialista para determinar la fuente generadora de la ansiedad y las posibles dificultades en su gestión.
Además, un profesional podrá ofrecerle estrategias que le permitan afrontar estas situaciones y comprender que no se trata de una situación tan grave como puede estar sintiendo.
Eso sí, validaremos siempre sus emociones y nos pondremos en su lugar: ¿cómo te sentías tú de pequeño, o de pequeña, afrontando la época de exámenes?
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