Cómo calmar el llanto del bebé

Hace unos días os explicamos que los bebés de pocas semanas y pocos meses son incapaces de manipular a sus padres a través del llanto. Es decir, lloran con un objetivo, porque necesitan ser atendidos, pero no lo hacen pensando en someter a sus padres ni por malicia ni nada por el estilo.

Teniendo en cuenta entonces que cuando un bebé llora algo le molesta o algo le aflige nuestro deber como padres es tratar de conseguir que esté de nuevo calmado, satisfaciendo su necesidad. Lo más habitual es que llore por hambre, frío o calor, por tener el pañal sucio (esto no lo tengo tan claro, pero como se suele decir habitualmente no seré yo quien lo quite de la lista), por sueño y por sentirse solo o aburrido, vamos, por sentirse falto de afecto y cariño. Sabiendo las causas no tenemos más que buscar las soluciones y por eso hoy os vamos a explicar cómo calmar el llanto del bebé.

Calmando su hambre

La razón más típica por la que lloran es por hambre. Comen a menudo, muy a menudo, y por eso cuando lloran suele ser por hambre. A veces no lloran por hambre, lloran porque se sienten solos o se aburren. Entonces llega mamá, le coge, se lo pone al pecho y se calla porque oye, "mucha hambre no tenía, pero quería que me cogieran y lo has hecho... y ya que estoy, como".

Comprobando la temperatura

Si siente frío, o si lo hemos abrigado demasiado y siente calor, o incluso está sudando, es probable que se queje, que esté inquieto y que, en consecuencia, llore. Las manitas no son muy fiables a la hora de decirnos cuál es su temperatura, porque muchas veces están bien y las tienen tirando a frías. Lo ideal es tocarles la zona del cuello, incluso metiendo el dedito hacia la espaldita.

Si lo notamos bien de temperatura podemos optar por tenerle en brazos y, si somos la madre, darle el pecho, por eso de "a ver si lo que tiene es hambre". Si lo notamos ligeramente húmedo y caliente, una de dos, o se está poniendo malito y tiene un poco de fiebre o nos hemos pasado poniéndole ropa y mantas. En tal caso sugiero poner el termómetro y quitar un poco de ropa, valorando la temperatura de nuevo al rato, ya que los abrigados dejan de tener décimas unos minutos después (ergo no están malos).

Comprobando el pañal

Ya digo que puedes tener al niño cagado y normalmente no te dice nada. Sólo lloran si tienen el culete previamente irritado y les molesta el pipí o la caca. Si todo está bien puede llevar dos kilos de orina en el pañal que no se queja, y la caca, yo diría que lo mismo. En cualquier caso, por higiene y por salud, comprobamos el pañal y si hace falta lo cambiamos.

¿Sueño?

Puede estar llorando también por sueño. En tal caso se sugiere optar por dormirle, ya que raramente se dormirá solo. Sí, ya sé que hay libros que recomiendan que se duerman solos, pero eso, en condiciones, sólo lo hace una minoría. La mayoría lo hace después de llorar un buen rato, y claro, si estamos hablando de cómo calmar el llanto, no tiene sentido que recomiende dejar llorar al bebé para que se duerma, para que así deje de llorar.

Dentro del "dormirle" entran todas las recomendaciones habituales, desde darle la teta, que suele ser un método muy eficaz por eso de combinar el comer, con el succionar, con el estar en brazos de mamá, hasta mecerle mientras le cantamos alguna canción, acariciarle un poquito o pasearle en brazos. Lo típico, vamos.

Calmando el llanto cuando necesita afecto o cariño

Además de todas las necesidades más o menos físicas comentadas los bebés también necesitan estar con nosotros, sus padres. No les gusta estar solos porque no se sienten a gusto. No les gusta porque en su kit de supervivencia no hay nada que les enseñe a valerse por sí mismos con días o semanas de vida, más al contrario, vienen con un sistema de alarma preparado para activarse cuando se ven solos.

Nuestra misión, entonces, es hacer caso de su sistema de alarma para desactivarlo con nuestras habilidades de padres y para que, poco a poco, con nuestro saber hacer, vayan cogiendo confianza y vayan aprendiendo ellos mismos (esto es cosa de meses y de años) a controlar ese sistema. Vamos, que si queremos que nuestro hijo sea capaz de coger autonomía, de sentirse confiado, seguro, tranquilo y ser capaz de afrontar problemas como el sentirse desasistido en algún momento concreto lo que tenemos que hacer es atenderles cuando son pequeñitos para que sean ellos, después, los que tomen las riendas de sus decisiones. Algo así como la típica y conocida frase que dice que "para ser independiente hay que ser primero dependiente".

Para calmarles se recomienda el contacto físico. De igual modo que cuando un bebé nace se recomienda el contacto piel con piel, cuando crecen también necesitan, o se sienten seguros, si estamos con ellos, si los tenemos en brazos, si los tenemos abrazados, si les tocamos, si les hacemos masajes, etc. Lo hacen porque con el contacto sus cerebros segregan oxitocina y así se va controlando el nivel de estrés cerebral. Vamos, como a cualquier adulto, que está mejor cuando la gente que le importa le abraza y acaricia.

Además, se recomienda aprovechar la succión, un reflejo que les ayuda a estar tranquilos y calmados y, además, bien alimentados. Ya hemos dicho más arriba que se les puede ofrecer el pecho, pero vuelvo a decirlo porque los bebés hacen succión nutritiva (extraen leche materna) pero también hacen succión no nutritiva, por la cual succionan, están cogidos al pecho, pero no están tragando nada. Otra opción es el uso de un chupete. Es también una buena opción, pero sin descuidar las otras soluciones, como atender al bebé y darle calorcito humano. El chupete no se recomienda cuando el niño está tranquilo, para evitar que llore, porque entonces lo estaremos usando como silenciador, como elemento de prevención, y estaremos acostumbrándole a él, sin necesitarlo realmente.

Finalmente, y aunque ya lo hemos comentado para el tema del sueño, está el mecerles y acunarles. Quizás ya lo hacéis en el momento en que decís "se recomienda contacto físico, voy a coger al niño", porque una vez en brazos, si sigue llorando, ya sale de uno, pero por si acaso pues os lo explico. A los bebés les encantan los movimientos rítmicos, en brazos, cuando les movemos el moisés o cuando van en coche, probablemente porque le deben recordar a su época en el útero. Obviamente, debemos mecerles con cariño, sin demasiada fuerza ni velocidad porque podemos conseguir el efecto contrario, que se espabile, y si lo hacemos demasiado enérgicamente, que les provoquemos alguna lesión.

Más vale prevenir...

Dicen que más vale prevenir que curar, así que quizás tengamos menos problemas para calmar el llanto de los bebés si directamente logramos que lloren menos. Esto se consigue, sobre todo, eliminando riesgos. Si suelen llorar por hambre y suelen llorar por sentirse solos, basta que estemos atentos a los signos tempranos de hambre (cuando piden comida antes de empezar a llorar) y basta con no dejarlos solos para conseguir que lloren muy poco. Esto es llevarlos con nosotros, en contacto, en mochilita, en un fular o del modo que nos parezca más idóneo. De ese modo, en posición vertical, tienen menos problemas de estómago (que se suelen llamar cólicos), se agobian menos, están más tranquilos, menos estresados y, en consecuencia, lloran menos durante el día y lloran también menos por la tarde y por la noche, que es cuando suelen estar más nerviosos.

Foto | VeZoul en Flickr En Bebés y más | Calmar el llanto del bebé, ¿Por qué no se puede (ni se debe) ignorar el llanto de un bebé?, Causas del llanto de los bebés: el hambre

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