Soy de las que no creen en la cantidad de tiempo versus el tiempo de calidad. Creo que el tiempo de calidad es todo aquel que pasamos con nuestros hijos, aunque no estemos haciendo nada específico con ellos. Simplemente estar juntos ya me parece un lujo.
Cierto es que con el modo de vida que llevamos son pocos los momentos que compartimos con nuestros hijos, y menos los que estamos con ellos en exclusiva, jugando o hablando sin tele o sin móviles de por medio. Esos momentos en los que verdaderamente conectamos son muy necesarios, y debemos buscarlos, aunque sólo sean diez minutos al día. Hablemos de cómo encontrar un rato de calidad con tus hijos.
El cuento antes de dormir
No importa la edad que tengan. Leer un rato juntos antes de dormir es un momento precioso para conectar con nuestros hijos. Ya sea con un libro o con una historia inventada, contarles un cuento antes de dormir es una excusa perfecta para compartir un tiempo de calidad con ellos. A través de las historias podemos llegar a conocerlos mejor, hablar de sus miedos y sus emociones.
Son sólo unos minutos antes de dormir. Sin tele, ni móviles, ni iPads, ni nada que interfiera. Deja el acomodar la cocina para más tarde y disfruta de ese momento de oro con tus hijos.
El desayuno, un momento especial
Si por la noche no es posible, el desayuno es otro momento ideal para compartir 15 o 20 minutos con nuestros hijos. Si no los tenéis, os recomiendo que adelantéis el despertador unos minutos porque valdrá la pena.
Los niños están más tranquilos y receptivos, así que además de los beneficios nutricionales que tiene tomar un buen desayuno al comenzar el día, utilizad ese rato para hablar de lo que os depara el día a cada uno.
La cena, sin tele
No es posible en todas las casas, pero debemos intentarlo. Sentarse juntos a la mesa, al menos una vez al día es fundamental para mejorar la comunicación con nuestros hijos. Por tanto, si no es posible por la mañana, al menos que sea a la hora de la cena. El almuerzo no lo contamos porque es el momento más complicado.
Sentarse a la mesa en familia al finalizar el día, sin tele ni móviles cerca es un ejercicio que debéis practicar. Es el momento de comunicarse, hablar de cómo ha ido el día, preocuparse por el otro, escuchar a los demás y expresar nuestros sentimientos para que nuestros hijos también aprendan a expresarlos.
Asamblea en la cama antes de dormir
Otro buen momento que podéis compartir es por la noche, en la cama grande antes de dormir. Una vez que estén con el pijama puesto y los dientes cepillados, podéis hacer una asamblea al finalizar el día.
El fin es el mismo. Dejar fuera las preocupaciones del día, olvidarse de los dispositivos electrónicos y centrarnos solamente en nuestros hijos. Aprovechad para hablar de cómo ha ido el día y profundizar en las emociones que han tenido. Si os parece buena idea, poneos objetivos para el día siguiente (colaborar en las tareas de casa, ayudar a mi hermana con los deberes, solucionar ese rifirrafe con el compañero de cole, etc...), siempre acordes a la edad y las responsabilidades del niño.
Cualquier momento es bueno
Por último, si no sois constantes, tenéis horarios de trabajo imposibles, o no tenéis la posibilidad de encontrar en el día a día un hueco libre de distracciones, cualquier momento que compartáis juntos es bueno.
Ya sea un paseo por el parque, el trayecto en coche (o andando) de casa al cole, o mientras jugáis con los Playmobil, cualquier ocasión que estéis juntos es una buena oportunidad para conectar con tu hijo.
Espero que con estos consejos encontréis un rato de calidad con vuestros hijos. Os recomiendo que hagáis el esfuerzo porque aunque todo el tiempo que compartimos con ellos es realmente importante, esos momentos de conexión con los hijos son muy positivos para la comunicación entre ambos.
Fotos | iStockphoto
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