A esta edad es momento de que empiece a compartir la mesa con nosotros (si no lo ha hecho antes) y así aprender a comportarse a la hora de comer, y disfrutar en familia de este momento en el que se tienen que establecer conversaciones agradables y positivas, evitando las discusiones o temas inquietantes.
Debemos enseñarle a respetar las normas más básicas empezando por las más sencillas, como lavarse las manos antes de comer, usar la servilleta, no hablar con la boca llena, no tirar la comida fuera del plato… Será necesario recordarle estas normas cada cierto tiempo, pero no debemos enfadarnos si los resultados no son los esperados, pero sí decirles lo bien que lo hacen cuando lo logran.
Una vez que ha aprendido lo más sencillo, podemos seguir con lo más difícil explicándole algo nuevo cada día. Debe aprender qué útiles son necesarios para comer, los platos, los cubiertos, las servilletas, el pan, el agua… También aprenderá sin dificultad en que lugar se coloca el tenedor, la cuchara, etc.
Pero no debemos olvidar que, no hay mejor enseñanza que el ejemplo, nuestro hijo debe vernos comer juntos en la mesa, hablando tranquilamente y terminándonos la comida del plato. Decirle todo esto no dará el mismo resultado si no ve los hechos.
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