La Disciplina Positiva lleva unos años sonando con fuerza, y cada vez son más los padres y maestros interesados en sus principios educativos para aplicarlos en la crianza y educación de los niños. María Soto, educadora en Disciplina Positiva, fundadora de Educa Bonito y una de las grandes referentes en España de esta filosofía, tiene claro que "una vez que abres los ojos a esta forma de educar ya no puedes cerrarlos".
Y es por ello que ha decidido compartir su experiencia de una forma práctica, amena y vivencial en el libro 'Educa Bonito', que como ella misma explica, escribió durante el año más duro de su vida, cuando criaba sola a sus tres hijos pequeños mientras trabajaba. En sus páginas encontramos el ejemplo de que la voluntad, el amor y las ganas de disfrutar de nuestros hijos son más fuertes que el miedo o el caos que pueda reinar en nuestras vidas en determinados momentos.
Hemos hablado con ella sobre Disciplina Positiva en la infancia y la adolescencia, y por qué deberíamos educar a los niños siguiendo los principios de firmeza y amabilidad sobre los que se sustenta.
¿Qué es educar con Disciplina Positiva?
La Disciplina Positiva es una metodología que nace de la Psicología individual o Adleriana (por Alfred Adler). Esta rama de pensamiento es la opuesta al conductismo, en la que fuimos educadas la mayoría de personas en España (condicionamiento basado en castigo-premio).
Los autores de esta metodología defendían la idea de que el ser humano no es sólo lo que hace, sino también las ideas y sentimientos que le llevan a tomar determinadas decisiones. Teniendo en cuenta esto, la Disciplina Positiva enseña a las familias y a los docentes a educar con herramientas sociales y valores, mirando mucho más allá de “malos comportamientos”, para ayudar a los niños a expresar sus necesidades y deseos desde el respeto.
¿Qué beneficios tiene educar con Disciplina Positiva?
La Disciplina Positiva nos permite hablar el lenguaje de los niños, entender que sus “malas decisiones” ( o "malos comportamientos", según el conductismo) son expresiones de necesidades que no saben transmitir. Nos conecta con ellos y nos facilita infinitamente la crianza. Además nos aporta herramientas para lidiar con los retos diarios de una forma mucho más respetuosa.
Los beneficios son inmediatos y, lo más importante, a largo plazo y permanentes. No les enseñamos a obedecer o a portarse bien, sino que les aportamos habilidades para su vida y les ayudamos a encontrar su lugar en el mundo mientras disfrutamos de ellos.
¿A partir de qué edad podemos educar a un niño siguiendo los principios de la Disciplina Positiva?
Yo recomiendo acercarse cuanto antes a esta metodología. En este sentido, si las familias comenzaran a leer y a informarse desde que esperan a sus bebés, sería maravilloso y nos ahorraría muchos problemas en el futuro.
En cualquier caso, nunca es tarde para comenzar a educar con Disciplina Positiva. Algunas personas se acercan porque necesitan un cambio, otras por curiosidad... y no todas lo hacen al mismo tiempo. Lleguemos cuando lleguemos a este nuevo paradigma, es por algo y para algo. Todo tiene un motivo y solamente hay que confiar.
Lo que es indiscutible es que cuando se abren los ojos, ya no se pueden volver a cerrar. No conozco a nadie que después de haberse formado con personas expertas, haya rechazado la Disciplina Positiva. Es una filosofía realmente reveladora, te encuentres en el momento vital que te encuentres. Es, literalmente como despertar.
¿Qué peculiaridades tiene la Disciplina Positiva aplicada en la adolescencia?
Muchos de los problemas de la adolescencia vienen derivados de una infancia acompañada desde el condicionamiento (castigo-premio). La Disciplina Positiva reconecta a los adolescentes con su motivación intrínseca y con su autoestima, y aprovecha todas las potencialidades de esta edad tan maravillosa para enfocarse en las fortalezas, en lugar de machacarles y estigmatizarles por sus debilidades.
Las familias que educan con Disciplina Positiva desde la primera infancia tienen adolescentes conscientes, responsables y lo que es más importante, felices. Las personas que empiezan a aplicarla en la adolescencia conseguirán exactamente lo mismo si son constantes y confían en el potencial infinito del ser humano.
Quiero comenzar a educar con Disciplina Positiva, ¿por dónde empiezo?
Para los padres que deseen comenzar a educar con Disciplina Positiva recomendaría, en primer lugar, que se acerquen a ella a través de los libros de Jane Nelsen y Lynn Lott, de formaciones con facilitadoras certificadas, o mediante asesorías personalizadas. Cada familia tiene su proceso.
Pero creo que lo importante es no quedarse únicamente en que se trata de una "forma de educar en positivo", puesto que la Disciplina Positiva no es únicamente una idea, sino un conjunto de herramientas que se pueden aprender y practicar. No queremos “educar bien”, queremos hacerlo bonito.
Educar implica un proceso de cambio interior que no termina nunca (nos educamos cuando les educamos), pero tener la voluntad de querer educar de otra manera más respetuosa es tener ya mucho ganado. Esto es importante recordarlo en los malos momentos para no desviarnos
"Si pudiéramos educar en el respeto a una sola generación, el mundo cambiaría por completo"
Termino mi entrevista con María Soto destacando esta impactante frase que nos invita a reflexionar, pues si la Disciplina Positiva se instaurara de manera generalizada entre padres y educadores, en un futuro podríamos estar hablando de un cambio generacional en educación, con consecuencias muy positivas para todos.
Esto es así porque la Disciplina Positiva no sólo nos enseña a “educar” a los niños, sino también a relacionarnos con los demás. Sus principios y enseñanzas nos reconcilian con todas las creencias equivocadas que limitaban el mundo a “buenos” y “malos”, y que nos hacían juzgarnos por nuestros errores en lugar de comprendernos desde la compasión y el respeto
El hecho de que las familias se acerquen a esta metodología es esperanzador: las personas necesitan un cambio hacia la conexión y es lo que se busca con la Disciplina Positiva.
Fotos | iStock
Agradecimientos | María Soto, educadora en Disciplina Positiva, fundadora de Educa Bonito
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