¿Estamos creando niños narcisistas?

No es un secreto para nadie que nuestra sociedad está ensalzando más que nunca el ego causando a veces distorsiones de nuestra propia imagen. Pero, ¿y qué pasa con los niños?. Hace poco salió a la luz una investigación realizada por un grupo de universidades en donde se analizó el papel que han tenido los padres en la generación de actitudes narcisitas en los hijos. Aunque se intuye que la relación es directa, las conclusiones son muy interesantes.

Sobrevalorar, el factor principal

El estudio es claro: los padres que sobrevaloran a sus hijos y les inculcan que deben recibir un trato especial o ensalzan sus logros o cualidades comparándolas con las de otros niños, están poniendo la semilla del narcisismo en su personalidad. Aunque no es la única causa, esta actitud sí que aumenta mucho la posibilidad de criar a personas narcisistas.

Cuando los niños son vistos por los padres como superiores y les dan a entender que tienen más derecho que otros niños, estos pueden interiorizar que tienen un valor superiora otros individuos, lo que es una fuente clara del narcisismo. Al contrario, cuando los niños son tratados por sus padres con afecto y aprecio, pueden interiorizar que son valiosos como individuos, lo que es una fuente clara de autoestima.

¿El narcisismo puede dar paso a otras actitudes negativas?

Según las observaciones, definitivamente si. Cuando un individuo es narcisista y no obtiene el trato que cree merecer, puede dar paso a frustración y a actitudes agresivas, lo que a su vez puede desencadenar episodios de depresión o de violencia, tal y como lo leemos en The Washington Post.

Lo malo de esto es que cuando esto sucede en la niñez, es muy probable que sea un condicionante directo de nuestra personalidad en la edad adulta. Según los expertos, este tipo de situaciones puede hacer que un adulto sea inseguro o que tenga muchas posibilidades de ser proclive a consumir drogas.

7 años: la edad clave

Según el estudio, el rango de los 7 a los 12 años es crucial para definir muchos patrones de comportamiento, ya que es en ese período en el que los niños ya son capaces de interpretar si son felices con ellos mismos y además suelen compararse con los demás. De ahí que sea tan importante haber cultivado más la autoestima cuidando de que tengan una imagen positiva de si mismo.

Es importante tener en cuenta que en esa edad los niños son especialmente sensibles a la opinión de sus padres, así que hay que tener especial cuidado al tipo de halagos que les hacemos... no es lo mismo decirle a un niño "qué listo eres" a "eres el más listo de la familia", por ejemplo. También es muy importante poner énfasis en aspectos de la manera de ser del niño, de cómo nos gustan rasgos de su personalidad, más que en su aspecto físico.

Inculcar autoestima y valores

Está claro que para nosotros nuestros hijos lo son todo y a veces, por el amor que les tenemos, tendemos a sobrevalorar sus hitos y a hacer halagos desmesurados. Sin embargo hay que tener cuidado con nuestras actitudes hacia ellos porque podemos cruzar esa delgada línea que divide una autoestima destructiva y una constructiva, que es la que debemos inculcar.

Respetar su personalidad, animarle, felicitarle por las cosas buenas que hace, explicarle que es normal que las cosas no salgan tal cual las queremos pero que con esfuerzo puede conseguir cualquier cosa, enseñarle a reconocer sus propios éxitos son algunas de las actitudes que podemos enseñarle para fomentar su autoestima de una forma sana, de tal forma que esté feliz consigo mismo sin tener que compararse con los demás.

Si estáis pensando en las herramientas que podemos utilizar para hacerlo, las tenemos a la mano: compartir tiempo con ellos, jugar (hace un tiempo que escribimos un artículo en donde hablamos de su importancia en el proceso de adquirir autoestima), dialogar sobre nuestro entorno y las situaciones que vivimos día a día son solo algunos ejemplos de cómo podemos ayudarle a nuestros niños a fortalecer su personalidad de una forma natural.

Soy consciente de que hoy en día es un poco más difícil que antes luchar contra la avalancha del egocentrismo. Las redes sociales, a las que entran los niños a una edad cada vez más temprana es un ejemplo de lo que nos enfrentamos hoy en día: ya he visto con mis propios ojos que un niño suba un selfie y espere con ansias los comentarios positivos de sus amigos, así que el reto es mayor al que tenían nuestros padres hace algún tiempo.

Creo que la clave está en predicar con el ejemplo; tal vez la humildad es una de las mejores virtudes que puede tener una persona pero que cada vez está más a la baja... de vez en cuando puede ser conveniente autoevaluarse y mirar qué tipo de actitudes son las que estamos reflejando en nuestros hijos.

Imágenes | Bigstock

En Bebés y Más | Enseñando autoestima, Cuatro fallos que los padres no debemos cometer, La autoestima también se hereda: si no te gustas, tu hija tampoco se gustará

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