
¿Alguna vez has pensado que los deportistas desprenden una confianza única? Seguridad en uno mismo, autoestima... Pues bien, no es solo una impresión.
Un estudio reciente, elaborado por investigadores búlgaros y publicado en el European Journal of Investigation in Health Psychology and Education, confirma que los atletas tienen una autoestima más alta y tienden a sentirse superiores a los demás. Pero, ¿por qué ocurre esto? Y, ¿qué ocurre en los deportes de equipo? ¿Hay diferencias?
La autoestima de los deportistas: ¿por qué es mayor?
Según la investigación, realizada con 197 atletas y 198 personas no atletas en Bulgaria, los primeros mostraron niveles significativamente más altos de autoestima global. Además, reportaron menos sentimientos de inferioridad y mayores de superioridad. Pero, ¿cuál puede ser una explicación a esto?
Como hipótesis (aunque puede haber también otras razones), los investigadores sugieren que los logros deportivos, el reconocimiento social y la imagen social impuesta por los medios de comunicación como ricos, exitosos y representantes de su país, son elementos que actuarían como un motor que impulsa su autoconfianza.
Y según las conclusiones del propio estudio: "una alta autoestima es necesaria para que los atletas confíen en su capacidad para desempeñarse bien durante las competiciones deportivas".
¿Superioridad o simple confianza?
El dato de que los atletas expresen mayores sentimientos de superioridad puede sonar polémico. Sin embargo, la interpretación no es tan simple. En deportes competitivos, creer en la propia capacidad no es un lujo, sino una necesidad.
La confianza puede marcar la diferencia entre ganar o perder. Imaginemos a una gimnasta a punto de realizar un salto complejo: si duda de sí misma, el fallo es casi seguro. Por eso, desarrollar una percepción positiva de las propias habilidades es esencial.
Ahora bien, ¿esta sensación de superioridad traspasa los límites del ámbito deportivo? El estudio no lo especifica, pero es fácil imaginar que esa autopercepción puede influir en otras áreas de la vida, desde las relaciones personales hasta el ámbito profesional.
No obstante, esto no implica necesariamente arrogancia (es decir, no es lo mismo sentirse superior en algo que 'ir de superior'). La diferencia radica en cómo se gestiona esa confianza: ¿se usa para inspirar y motivar o para menospreciar a los demás?
La experiencia, un ingrediente clave
Otro hallazgo interesante es que los años de práctica deportiva correlacionaron con una menor sensación de inferioridad y una mayor autoestima.
Esto sugiere que la autoconfianza no surge de la noche a la mañana. Se construye con cada entrenamiento, cada sacrificio y cada logro alcanzado. Por ejemplo, un corredor de maratones que al principio dudaba de su capacidad para terminar una carrera, con los años desarrolla una fe inquebrantable en su resistencia física y mental.
¿Y los deportes en equipo versus individuales?
Curiosamente, el estudio no encontró diferencias significativas entre quienes practican deportes individuales y quienes prefieren los de equipo. Tanto un tenista como un futbolista parecen desarrollar niveles similares de autoestima y confianza.
La diferencia podría estar en la fuente de esa seguridad: mientras que los atletas individuales dependen más de sus logros personales, los jugadores de equipo encuentran apoyo y validación en sus compañeros.
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