Evitar los celos entre hermanos: más que ayudar a cuidar al bebé, que se sienta a gusto

Uno de los temas que más preocupa a los padres de una criatura, cuando está en camino la segunda, es la posible aparición de los llamados celos, en que el mayor se siente a disgusto con la llegada del nuevo bebé, mostrándose inquieto, nervioso, irritable y llegando a "portarse mal" e incluso a tratar de hacer daño a su nuevo hermanito.

Ante esta nueva situación suele recomendarse que, para que el mayor acepte la llegada del pequeño, se convierta en una personita responsable y que ayude a cuidarle, ayudando a tirar el pañal en la basura, ayudando a vestirle, cogiéndole en bracitos en el sofá, etc. Sin embargo, no es tan importante todo esto como que el mayor se sienta, simplemente, a gusto en casa. De hecho, todos esos consejos de convertir al niño en un "minipapá" o "minimamá" pueden considerarse hasta crueles.

¿Han tenido celos mis hijos?

Pues no sé. A mí personalmente nunca me ha preocupado mucho. La gente siempre me preguntaba si el mayor (o el mediano cuando llegó el tercero) estaba celoso al llegar el bebé y nunca sabía muy bien cómo responder, porque si yo veía que algo estaba cambiando en el comportamiento me dedicaba, simplemente, a tratar de entender los cambios y hacer algo por remediarlos.

Ayudando a papá y mamá a cuidar al bebé

Como digo, es de lo más habitual. Se recomienda que el niño o niña ayude a cuidar el pequeñito (o pequeñita) para sentirse partícipe del trabajo en casa, para ser uno más haciendo equipo con los papás y así asumir un cierto grado de responsabilidad hacia el bebé.

No es que esté mal, no es del todo incorrecto y tiene cierto sentido si tenemos en cuenta que así asume que él también debe cuidar del bebé y velar por que esté bien, asegurándonos de rebote que de ese modo no le querrá ningún mal. Sin embargo, puede ser contraproducente y cruel si no hay una base de cariño y comprensión por parte de los padres.

¿Contraproducente? ¿Cruel?

En realidad, lo más importante, donde tenemos que centrar nuestros esfuerzos para que nuestro hijo mayor no tenga celos, es en hacer que sus necesidades básicas estén cubiertas. No estoy hablando de darle comida, promover que haga caca y pipí y darle una cama donde dormir, sino de necesidades sobre todo afectivas. Darle cariño, tiempo, diálogo, comprensión y saber leer entre líneas cuando su manera de comportarse empiece a cambiar.

Quizás no suceda nada, quizás lo lleve bien y todo sea como siempre, pero quizás empiece a hacer cosas más notorias y hasta exasperantes para llamar nuestra atención y, como hemos dicho a menudo en el blog, llamar la atención no debe considerarse como algo negativo.

La gente suele decir eso de "no le hagas caso, que está llamando la atención", cuando lo que hay que hacer es precisamente lo contrario: "hazle más caso, que está llamando la atención". Cuando les hacemos más caso, cuando encontramos momentos para compartir, cuando les demostramos que, a pesar de que haya llegado un nuevo bebé, sigue teniendo su sitio en la familia y papá y/o mamá están ahí, no tiene por qué haber cambios por el nacimiento de un hermano.

Y no hablo de que haya que descuidar la atención del bebé para atender al mayor, sino de repartirse. Es habitual y recomendable que antes de que llegue el bebé papá y el hijo estrechen lazos. Que pasen más tiempo juntos, que se conozcan mejor y que de ese modo el niño pueda, después de nacer el bebé, ver satisfechas sus necesidades por parte del padre. Mamá también tendrá sus momentos con él, claro, pero es más probable que mamá le diga "ahora no puedo" y papá puede estar en esos momentos e incluso antes, para prevenirlos.

Con todo esto quiero decir que si existe ese trabajo, si mamá y papá, y sobre todo papá (o la abuela, o el abuelo, o...) se dedican a atender al hermano del mismo modo que mamá y los demás lo hacían antes de llegar el hermano, el hecho de que le hagamos responsable también de sus cuidados puede estar bien como añadido, aunque a mí personalmente no me acaba de emocionar la idea de que el hermano sea un "minipapá", ya que prefiero que sea, simplemente, su hermano (la colaboración entre ellos y las ayudas ya llegarán más adelante), pero vamos, que tampoco es algo importante.

En cambio, si no existe ese trabajo previo, si el niño realmente se está quedando un poco desplazado porque la mayoría de miradas y atenciones van hacia el pequeño, porque el niño pide a mamá, pero mamá no puede, y cuando va papá sigue llamando a mamá, el hecho de forzar o promover que ayude puede ser cruel, porque además de tener celos del hermano, además de sentirse desplazado por él, tiene que ayudar a limpiarle.

Vamos, haciendo un símil rápido, que no sé si es demasiado acertado, es como si mi pareja me la pega con otro y encima le tengo que lavar los calzoncillos.

Así que, como nadie querría que eso sucediera, ya digo: es más importante todo el trabajo que podamos hacer con el mayor para que tenga sus necesidades de afecto cubiertas y para que no sienta que está descolocado dentro de su familia de siempre, incluso si no es mamá quien se dedica a ello, que hacerle partícipe del cuidado del bebé dándole responsabilidades que él ni siquiera ha pedido.

Foto | rsgranne en Flickr En Bebés y más | Los celos entre hermanos, Los celos entre hermanos: recomendaciones, Yo más, yo antes, yo mejor: la competición entre hermanos, Ahora que ha nacido el bebé, el mayor parece mucho más grande

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