En relación al primer aspecto, es aconsejable fijar un tiempo máximo de antemano. De este modo, nuestros hijos aprenderán gradualmente a seleccionar aquello que más les gusta, sin adquirir el hábito de sentarse delante del televisor y tragarse todo lo que le echen, sea lo que sea.
El tema de la programación es un poco más complejo y difícil de solucionar; es importante que al respecto utilicemos el sentido común. Es cierto que hay muchos contenidos televisivos que pueden resultar perjudiciales para los pequeños aunque también es verdad que hay programas destinados a los niños que son muy creativos y despiertan su curiosidad por las cosas. Personalmente, elijo proteger a mis hijas de las escenas violentas y acompañarlas para que puedan ir formándose cierto criterio al momento de elegir qué ver en la tele. Además, será menor la influencia negativa de la televisión al dialogar e intercambiar opiniones sobre lo que ven.
Sin embargo, hay niños que pasan mucho tiempo delante del televisor, incluso más tiempo que el que emplean en cualquier otra actividad que no sea dormir. Este exceso de tele resulta perjudicial en muchos aspectos. Aquí te contamos algunas de las consecuencias del abuso de ver demasiada televisión. * Trastornos oculares: el lugar donde se ve televisión debe estar iluminado y la pantalla nunca a menos de 3 metros; acercarse más causa fatiga visual y trastornos oculares, además puede provocarles dolor de cabeza.
Trastornos en el sueño: ver programas violentos, excitantes o demasiado ruidosos a la hora de acostarse puede provocar insomnio y pesadillas en los niños.
Hábitos de consumo perjudiciales: la publicidad mal orientada incita a los niños a pedir todo lo que ven.
Comportamiento poco social: la adicción a la televisión le quita tiempo al niño para jugar con otros niños, para relacionarse con otras personas; el pasar horas frente a la pantalla sólo limita a la escucha, a recibir sin participar.
Otros: la teleadicción desafía al intelecto, produce obesidad, signos de depresión, inmadurez, frustración, pereza y fatiga.
En síntesis, la televisión puede ser un gran entretenimiento para nuestros hijos y puede enseñarles algunas cosas, pero... ¡a no abusar!: te aseguro que cuando los niños empiezan a buscar otras vías de entretenimiento las cosas no van tan mal, incluso van mejor que cuando la televisión se erige en reina de la sala de estar.
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