Las parejas, cuando se convierten en padres y madres, deben afrontar el reto de educar a un ser que depende exclusivamente de ellos. Y para ello, deben convertirse en un equipo donde cada miembro de la pareja asume una serie de funciones y responsabilidades.
Sin embargo, si esta división de tareas no es equitativa (en función de la disponibilidad y rol de cada uno), el agotamiento parental (o síndrome de burnout parental), las discusiones de pareja y la tensión en el clima familiar, pueden aparecer. Si tienes la sensación de que tu pareja no se ocupa de los niños como debería, es normal que esto te genere malestar; te animamos a quedarte, ya que ofrecemos algunas ideas para revertir esta situación.
Mi pareja no se ocupa de los niños
En caso de no ser una familia monoparental, y para poder disfrutar de la maternidad y paternidad sin que el cansancio por esta tarea tan exigente nos quite toda la energía, lo ideal es que el reto que implica educar, criar y cuidar, se reparta entre ambos progenitores.
Si uno de los dos padres es el que asume más tareas (o, en casos más extremos, el único que asume su rol), el desastre está garantizado. Porque asumir el rol de padre o madre, sin apoyo de nuestra pareja, cuando el proyecto inicial era un proyecto común de tener juntos los hijos, hace que nos invada una sensación de injusticia, rabia, tristeza... Las emociones son diversas, pero, en todo caso, son desagradables y nos hacen sentir mal.
Esto, además de poder desembocar en una fuerte crisis de pareja, afecta también a los niños, que necesitan a ambos progenitores (aclaramos que hablamos de parejas no monoparentales), y por supuesto a uno mismo (en una situación así nos acabamos sintiendo solos, sobrepasados, etc.). Si estás viviendo esta situación, es lógico que te preguntes, ¿qué hacer? ¿Cómo enfocar esta situación?
¿Cómo podemos actuar?
1. Hablar con la pareja
Claro que nos gustaría que nuestra pareja, de forma natural, quisiera disfrutar del tiempo con sus hijos (y lo hiciera), como hacemos nosotros, y lo valorara como algo positivo para él/ella, como algo que desea hacer y le salga porque sí, porque es su padre/madre.
Pero si, lamentablemente no es así, es importante hablar de esta distribución de tareas. Por eso el primer paso será decidir tener esa conversación con nuestra pareja; una conversación en la que pongamos los puntos sobre las íes y en la que expliquemos cómo nos sentimos, junto a la necesidad de cambiar esta situación.
Debemos hacerle entender que esto que está ocurriendo no es algo que nosotros deseemos; que (si es el caso), podemos entender que por X u otro motivo, hemos acabado asumiendo toda la crianza nosotros, pero que equiparar las tareas de crianza no es negociable. Es algo a resolver.
Le preguntaremos también a nuestra pareja cómo está viviendo ella esta situación; ¿lo ve igual que nosotros? Si no lo ve igual, ¿cómo lo ve?
2. Empezar a organizar la crianza de forma equitativa: ¿cómo?
Criar de forma equitativa y de forma flexible teniendo en cuenta las responsabilidades, horarios y trabajos de cada miembro de la pareja, debe ser una decisión tomada en conjunto.
Si bien es cierto que debería ser "lo normal" y esperable en cualquier pareja, por desgracia no siempre lo es; por eso es tan importante comprometernos en esta tarea conjunta, decidir en pareja y formar equipo.
Por eso la conversación previa es tan necesaria. Si ya habéis tomado esta decisión, de reorganizar el tiempo con los hijos, es hora de poner en marcha un plan.
- 1) Hacer una lista de las tareas relacionadas con la crianza
Para organizarnos, lo más importante es saber qué tareas implica criar a nuestros hijos. Lógicamente, esta no es una lista cerrada y rígida, sino que se va construyendo y adaptando. Pero es importante tener claras las responsabilidades principales, el tiempo que nos ocupan al día, etc.
- 2) Distribuir las tareas teniendo en cuenta la disponibilidad de cada uno
Una vez delimitada esa lista principal, deberemos distribuir las tareas con nuestra pareja, en función de nuestro rol, disponibilidad, etc. Y sobre todo, tener en cuenta que pueden aparecer imprevistos, tener un "plan B" en esas situaciones y saber si disponemos o no de personas de confianza en quien podamos delegar (por ejemplo: abuelos, otros familiares...)
- 3) Recuerda; se trata de llegar a acuerdos, no de criticar o reprochar
A la hora de acordar estas responsabilidades con tu pareja, recuerda que se trata de llegar a acuerdos en los que ambos os sintáis bien. Por ello, trata de evitar criticar o hacer reproches por situaciones pasadas; lo importante es el presente, el objetivo al que queréis llegar como familia y como equipo.
- 4) Priorizar y valorar el tiempo en familia
Finalmente, es muy importante que valoréis y prioricéis el tiempo en familia, todos juntos; es decir, la pareja con los hijos. Que intentéis disfrutar de esos pequeños momentos juntos. Aunque disfrutar de la alegría de los hijos y del tiempo con ellos, tal vez sienta uno que debería ser algo natural, quizás para el otro no es así.
Pero por ello es tan importante que la persona se dé cuenta de lo importante que es que sus hijos pasen tiempo con ambos progenitores, y de la importancia de las dos figuras paternas.
No solo para que los hijos crezcan y aprendan, sino también para que formen un apego seguro (imprescindible para una autoestima sana) y puedan disfrutar del tiempo compartido todos juntos, un tiempo que pasa volando, ¡y que es oro! Ya no vuelve.
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