Dejar a un lado el teléfono móvil para conectar con quienes más queremos es un ejercicio que podría requerir de esfuerzo por parte de muchos (a juzgar por el nivel de adicción que empieza a verse tanto niños, como adolescentes y adultos), pero que nos daría una valiosa lección.
Esto es lo que le ocurrió a Brandie Wood, una mujer californiana que, tras poner en práctica un sencillo experimento, se dio cuenta de todos los momentos de la vida de sus hijos que se estaba perdiendo por mirar el teléfono móvil a cada instante.
Pero esta mujer no es la única que ha decidido tomar conciencia de esta aplastante y triste realidad, pues cada vez son más los adultos que deciden recurrir a herramientas para controlar el tiempo que pasan en Internet y redes sociales: un tiempo que en la mayoría de las ocasiones, estamos dejando de invertir en cosas mucho más importantes.
Un sencillo experimento con unos resultados que hacen reflexionar
El experimento que realizó esta madre data de 2015, pero nos ha parecido tan sencillo, y a la vez tan revelador, que hemos decidido compartirlo ahora con vosotros.
Brandie es madre de gemelos, y un día se dio cuenta de que pasaba más tiempo mirando su teléfono móvil que prestando atención a sus hijos. Así que decidió hacer un sencillo experimento: dejar el móvil aparcado y sentarse junto a sus niños para verlos jugar, algo que hasta entonces siempre hacía pero con el teléfono en la mano.
Como en aquella ocasión el móvil se había quedado sobre la mesa, Brandie pudo "conectar" con sus gemelos mientras jugaban, y fue entonces consciente de la cantidad de veces que sus hijos la buscaban con la mirada para mostrarle sus juegos, para pedirle aprobación, cruzar miradas cómplices o, simplemente, encontrar su sonrisa.
"Hoy hice un experimento: vi a mis hijos jugar. Cuando me senté tranquilamente en la esquina de la habitación, conté cuántas veces me miraron por diversas razones: para ver si veía sus trucos geniales, para buscar aprobación o desaprobación por lo que estaban haciendo y para observar mis reacciones" - escribía entonces en su cuenta de Facebook, en una publicación que se viralizó.
En el rato que permaneció viendo jugar a sus hijos, esta madre contabilizó un total de 28 momentos en los que los niños cruzaron su mirada con ella. 28 momentos diarios que habían quedado sin respuesta todo ese tiempo atrás, mientras ella les acompañaba durante el juego pero sin mirarles, porque su atención estaba fija en la pantalla de un móvil.
Desconectar el móvil para conectar con nuestros hijos
Mirar el móvil absorto mientras tus hijos juegan a tu alrededor, o mientras comen, o te están hablando. Seguro que, por desgracia, estas escenas nos resultan familiares a todos. Y es que en la sociedad en la que vivimos, en la que prima tanto la información inminente y las actualización en nuestras redes sociales, parece difícil despegarse del teléfono.
Cada vez son más los adultos conscientes de esta triste realidad, que se dan cuenta de que el tiempo que pasan navegando por Internet o publicando en redes sociales es tiempo que están restándole a los suyos. Tiempo que dejan de invertir en estar con sus pareja, en conversar con sus hijos adolescentes, o en disfrutar de cotidianos, pero importantes momentos en la vida de los hijos pequeños.
Apostemos por volver a las conversaciones cara a cara, a las cenas sin móvil y a compartir tiempo de calidad con nuestros hijos. A veces puede ser necesario un experimento tan sencillo como este para darnos cuenta de la realidad, pero nunca es tarde para volver a "conectar", ¿no os parece?
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Vía | Little Things