- No colocar la cuna o la cama de forma que puedan alcanzar una ventana, ni cerca de cuerdas de cortina o persianas.
- Colocar barandillas en la cama.
- Que los barrotes de la cuna o de la cama (si tiene) estén lo suficientemente juntos para que no quepa la cabeza del niño.
- Quitar de la cuna juguetes de peluche o con relleno.
- No dormir en la misma cama que el bebé; podríamos aplastarlo o asfixiarlo.
- Proteger todos los enchufes del cuarto.
- Las puntas de las camas y de los muebles deben ser redondeadas o estar protegidas.
- No dejarlos solos en el cuarto con estufas encendidas.
- Cerrar los armarios con llave y no dejar la llave de su alcance.
- No tener mesillas o adornos de cristal.
- No guardar elementos peligrosos en los cajones de su cuarto como tijeras o alicates.
- Quitar la llave de la puerta del cuarto de los niños.
- Nunca dejar bolsas a su alcance.
- No dejar ni un segundo solo al bebé en el cambiador.
Los niños menores de cinco años son, estadísticamente, los más propensos a sufrir accidentes. Aunque un accidente es algo fortuito y no previsible, está en nuestras manos hacerles su pequeño mundo más seguro y contribuir a reducir el riesgo de incidentes.
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