Que las parejas jóvenes prefieren las mascotas a los bebés es una realidad incontestable en España, y los datos lo demuestran: en los hogares españoles hay más de tres millones de perros, más que hijos menores de 14 años.
Pero en plena crisis de natalidad, no son solo las mascotas el foco de cuidado de los jóvenes. Después de los perrhijos y gathijos llegan las planthijas: siete de cada diez millennials se consideran plant parents, o padres de plantas.
Así lo revela una encuesta realizada a 2000 millennials de entre 25 y 39 años, que destaca que el 40% de los encuestados planea comprar una planta de interior este año y el 48% está nervioso por su capacidad de mantenerlas con vida.
Si bien no es comparable en absoluto con la responsabilidad de tener mascotas o hijos, el 67% de los millennials coincide en que la responsabilidad de ser padre de una planta es mayor de lo que esperaba. De hecho, para el 19%, cuidar las plantas es más estresante que hacerse una endodoncia.
Ser plant parents: ¿prueba de fuego hacia la madurez?
"Después de la pandemia, cuidar plantas resultó ser un pasatiempo relajante y estimulante para estas generaciones, que pasaron de ver las plantas como posesiones a apreciarlas como una experiencia en la que el valor se obtiene a través de la interacción y el compromiso", explica Sandra Tena, profesora colaboradora de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). El 81% de los encuestados afirma que añadir plantas a su espacio ha tenido un efecto positivo en su salud física y mental. Y a cuatro de cada cinco encuestados les ha llevado a empezar a cuidarse mejor.
Pero hay también otros motivos, bastante más complejos, detrás de este amor verde. "En primer lugar, se casan más tarde y se convierten en padres a edades superiores a las de sus padres", explica Tena. Actualmente, en España los índices de natalidad están en mínimos históricos. La edad para tener el primer hijo se retrasa a los 32,05 años y se tienen una media de 1,16 niños".
"En segundo lugar, el alquiler de la vivienda principal es más común que la propiedad. Por lo tanto, el orden de los acontecimientos está cambiando y esto tiene consecuencias en la conducta", añade. Se estima que en 2025 el 40,33 % de los millennials y el 63% de los menores de 30 años (centennials) elegirá el alquiler. "Así, no es de extrañar que términos como dog parents, cat parents o plant parents se encuentran entre sus principales identificativos", comenta Tena.
Las plantas son más baratas y fáciles de cuidar que los perros (y desde luego que los hijos). Incluso a veces un termómetro para saber si es hora de dar el siguiente paso y tener un animal en casa, algo que piensa tres de cada cuatro millennials encuestados.
Sin embargo, esta no es una buena idea. "Si utilizamos una planta como termómetro de nuestra responsabilidad y compromiso, ya estamos hablando de una motivación disfuncional. Además, comparar los cuidados, la responsabilidad y el compromiso que requiere una planta con los que requiere una mascota es una aberración. Y si nos lo planteamos como banco de pruebas de una posible paternidad, ya rozamos el delirio", explica Enric Soler, profesor colaborador de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC.
"Cuidar una planta no es solamente una manera de desarrollar la responsabilidad y el compromiso o un antídoto contra la dinámica de la sociedad de la inmediatez, sino que también permite reconectar con la naturaleza y reducir la ecoansiedad", afirma Soler