Para intentar hacerle abandonar este hábito, debes tener una tranquila charla con él y explicarle el motivo por lo que no está bien meterse el dedo en la nariz. Que no resulta agradable para los ojos de otra persona, que puede romperse una venita y sufrir una hemorragia, que propicia la transmisión de gérmenes…
Hay niños que se meten el dedo en la nariz de forma instintiva y es algo más difícil de remediar. Una idea es recompensar de alguna manera al niño si consigue dominar esta manía. Empieza por premiarle si consigue estar una hora sin tocarse la nariz, no es necesario comprarle regalos, simplemente dile que le harás su comida favorita, o que veréis juntos esa película que tanto le gusta.
Y poco a poco, incrementa el tiempo hasta llegar al día completo. Eso si, recompénsale con algo especial para él, esto lo motivará más.
Más información | Guardeweb