La piel del pescado o las espinas que contiene, pueden representar un problema y una buena excusa para negarse a comer este alimento, somos los padres quienes debemos facilitar, en la medida de lo posible, la aceptación por parte del niño para comer pescado.
Lo ideal para que se acostumbre al sabor, es empezar por proporcionarle las variedades más suaves y las partes que no presenten espinas, como pueden ser los filetes o lomos donde, asegurándonos de que no quede ninguna, pues además servirá para prevenir un posible contratiempo. También es una buena idea proporcionar alimentos preparados que contengan pescado, como por ejemplo las croquetas, fáciles de elaborar, esconderán el sabor real del pescado y será aceptado con mayor grado.
Los niños nos plantean ciertos problemas a la hora de probar nuevos alimentos que los padres, con la ayuda del ingenio, debemos saber subsanar, es necesario para favorecer los grandes beneficios que proporcionan determinados alimentos como los pescados o las verduras.
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