En los últimos años ha adquirido mucha popularidad el iniciar la alimentación complementaria permitiendo que los niños sean quienes lleven el ritmo de ella. Su nombre es "Baby-led Weaning" (BLW) y es un método que muchas familias han adoptado ya que les ayuda a facilitar la introducción de los alimentos sólidos llegado el momento de comenzar con ellos.
Y es que en realidad este tipo de alimentación complementaria guiada por el bebé tiene muchos beneficios, entre ellos que conozca las texturas de los alimentos y comience a tomar sus propias decisiones. Se tiene además la creencia de que al guiar ellos su alimentación, prevenimos la obesidad pues de esta manera ellos son capaces de decir "estoy satisfecho" y dejar de comer cuando ha sido suficiente. Pero, ¿qué tan cierto es esto?
Te compartimos los resultados de un estudio reciente, en el que se conocieron los efectos de la alimentación BLW en el desarrollo y el sobrepeso infantil.
Los resultados de el estudio fueron publicados en el sitio web JAMA Pediatrics con la finalidad de responder la siguiente pregunta: ¿la alimentación complementaria guiada disminuye el riesgo de padecer obesidad?
El estudio se llevó a cabo como un ensayo clínico al azar denominado BLISS (por Baby-Led Introduction to Solids, es decir, Introducción a los solidos guiada por el bebé) en el que participaron 206 madres y sus hijos.
Las madres fueron invitadas a participar cuando estaban embarazadas y se dividieron en dos grupos: las que alimentarían con papillas y las que alimentarían a sus bebés utilizando el método BLW. La mayoría de las participantes amamantaron de manera exclusiva hasta los seis meses.
Al analizar el índice de masa corporal de los bebés a los 12 y 24 meses, se encontró que no había ninguna diferencia en cuanto a los niveles de sobrepeso entre los bebés que fueron alimentados con cuchara y los que habían seguido la alimentación complementaria de manera autorregulada.
A los investigadores les sorprendió el hecho de que al alimentarse ellos mismos a su propio ritmo no les ayudara a mejorar su habilidad para detenerse cuando ya estaban satisfechos. La conclusión en este tema es que tanto los bebés que son alimentados directamente por sus padres, como los que siguen el método BLW tienen el mismo riesgo de padecer obesidad.
Quizás el resultado no es el que muchos creíamos, sin embargo el estudio encontró algo positivo de utilizar la alimentación complementaria guiada por el bebé: se vuelven menos quisquillosos cuando son mayores.
De acuerdo con los resultados, los bebés que se alimentaron siguiendo el método BLW disfrutaban más la comida y resultaron ser menos exigentes al cumplir el año, a diferencia de aquellos que fueron alimentados con cuchara por sus padres. Probablemente el conocer la textura de los alimentos y utilizar las manos para comer es algo que les divierte y ayuda a experimentar de manera natural.
Siempre vigilar qué y cuánto comen nuestros hijos
Incluso si los resultados hubieran mostrado que al riesgo de padecer obesidad pudiera ser menor, considero que como padres siempre debemos estar pendientes de su alimentación durante los primeros años de vida.
Un bebé y un niño no son realmente capaces de saber cuándo están satisfechos (a veces uno mismo no se da cuenta y come de más), así que nuestro trabajo es vigilar que las proporciones y alimentos sean los adecuados para su edad.
Foto | iStock
Vía | Reuters
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