Después de haber visto cómo se hace el chicle, queremos acercarnos un poco más a esta golosina que disfrutan tantos niños y mayores. ¿Cómo afecta a los dientes y al organismo en general? ¿Es perjudicial que los niños mastiquen chicle?
Partimos de la base de que cualquier chuchería se sitúa en lo alto de la pirámide nutricional, entre esos "alimentos vacíos", que aportan calorías son valor, grasas y azucares que hay que consumir ocasionalmente (junto a refrescos y snacks variados).
Por ello, abusar del chicle no es saludable, lo cual no quiere decir que esté prohibido, al menos si el niño sabe masticar y no tragarse la goma de mascar (e incluso cuando pensemos que ya están preparados, probablemente se lo traguen en alguna ocasión). Lo mejor es esperar a partir de los tres o cuatro años, y supervisar cómo mastican chicle las primeras veces.
Mi hija mayor no probó el chicle hasta los tres años y medio, y fue porque el pediatra se lo recomendó como un "ejercicio" más para mejorar un problema de oído: el movimiento de las mandíbulas al masticar era beneficioso, como veremos al final.
Pero, ¿qué tiene de malo la goma de mascar? Según los especialistas, el chicle por sí mismo no es dañino, lo que puede hacer daño, en los dientes, en el estómago y el cuerpo en general, es el abuso de esta sustancia. Veamos en qué sentido el exceso de chicle puede ser perjudicial:
En el proceso de masticación de la golosina intervienen los dientes, el hueso, la articulación temporomandibular y los músculos de la zona, y si se produce un excesivo consumo, debido al movimiento constante de la mandíbula se puede producir una disfunción en esta articulación y problemas musculares en el sistema de masticación.
El tema de las caries es otro relacionado con el consumo de chicle y otras golosinas. Los residuos que viven en la boca pueden alimentar a las bacterias y favorecer la aparición de caries. Lo mejor sería lavarse los dientes después de cada comida, incluso después de masticar chicle.
El xilitol es un edulcorante sin azúcar que está ganando popularidad como ingrediente de caramelo, goma de mascar y pasta de dientes. Aunque se ha demostrado eficaz en la prevención de la caries dental (el xilitol es el factor que con mayor probabilidad inhibe el crecimiento de Streptococcus mutans, la bacteria de la cavidad bucal que produce las caries), ingerir grandes cantidades del edulcorante podría plantear algunos riesgos de salud para los niños.
Aumento de peso: los edulcorantes contenidos en los chicles contribuyen al aumento de peso en niños con tendencia a engordar. Además se incrementan los niveles de azúcar en sangre, lo cual puede resultar problemático para niños con diabetes o triglicéridos altos.
Los colorantes no son recomendados en niños con predisposición a alergias.
Un exceso de azúcares y colorantes podría producir gastroenteritis.
Disminución del apetito: al comer chicle se promueven los movimientos del estómago, que segrega sus jugos y se produce una abundante salivación, lo cual hace que los órganos digestivos sean "engañados": se preparan para recibir un alimento que no llega.
Tragarse el chicle: existe el mito de que un chicle se queda en el tracto digestivo para siempre, pero normalmente lo atraviesa sin problemas. A pesar de que el estómago no puede descomponer el chicle de la misma manera que lo hace con otros alimentos (recordemos que entre sus ingredientes había plástico), pasará a los intestinos de manera normal. Eso sí, tragar muchos chicles en un corto periodo de tiempo puede bloquear el tracto digestivo en casos excepcionales: se conocen raros casos de obstrucción del intestino debido a la acumulación de chicles, especialmente si han sido ingeridos junto a objetos como monedas, botones, cáscaras de pipas...
En el sentido contrario, el de posibles beneficios del chicle, hay algunos estudios que relacionan el xilitol (aunque la sustancia, no específicamente en chicle) con la prevención de la otitis. Masticar chicle también se contempla como protocolo pediátrico para mejorar determinados tipos de otitis.
Y finalmente la masticación puede beneficiar el desarrollo mandibular, aunque los mismos resultados tiene masticar la comida, y además sin el peligro que conlleva ser tragado.
En resumen, hay que controlar la ingesta de chicles por parte de los niños, tomarlos de manera ocasional, sin azúcar, lavarse los dientes después siempre que sea posible y cuidado con envolverlo después y tirarlo a la basura, no ensuciemos las calles... ni las casas.
Fotos | Kamoteus (A New Beginning) y NeilsPhotography en Flickr-CC En Directo al Paladar | Chicles En Bebés y más | Encantadores de niños en el parque: las golosinas, Las golosinas: cómo utilizarlas, Las calorías de las golosinas, Facua pide la retirada de unos chicles "para niños" que no lo son