Todos nos hemos visto alguna vez intentando quitarnos los restos de un caramelo masticable de entre los dientes y es que estos dulces son muy "persistentes". Lo malo es que esa incomodidad que nos produce a los adultos puede que pase desapercibida a los peques y se lleven consigo esos restos de golosinas en su boca durante más tiempo, aumentando el riesgo de caries.
Aunque la caries tiene una influencia genética, se ha demostrado que la destrucción dental se asocia a la ingesta de azúcares y ácidos contenidos en bebidas y alimentos, junto a una mala higiene bucal. Pero, ¿qué tipo de chucherías son las más susceptibles de crear caries?
En principio, todo aquello que contenga azúcar y que pueda provocar un pH ácido es potencialmente peligroso, pero son más dañinos para los dientes los caramelos masticables y pegajosos, aquellos cuyos restos permanecen más tiempo entre los dientes, en las fisuras, en las muelas... y son más difíciles de desprender, incluso con el cepillado.
Esto tiene lógica, porque cuanto más tiempo permanece el resto de caramelo en los dientes, se prolonga la exposición al azúcar que alimenta a las bacterias de la boca que lo convierten en ácidos. Este ácido es el que ataca el esmalte de los dientes y provoca su deterioro.
Caramelos duros masticables y pegajosos van desde los blandos tipo "Sugus" a las gominolas y al caramelo duro de toda la vida, si lo muerden, como las piruletas, chupa-chups... Por eso hay que decirles que solo lo chupen, no le quedarán tantos restos entre los dientes). Pero veamos todos los consejos para minimizar los riesgos de caries con las golosinas:
Enseña a los niños a que no muerdan los dulces, que solo los chupen.
Conviene que, si los niños van a tomar estos dulces, se laven los dientes cuanto antes y de manera minuciosa, con nuestra ayuda. De este modo eliminaremos los restos de la superficie dental y entre las grietas diminutas y espacios entre dientes.
También podemos procurar elegir golosinas que pueden comerse rápida y fácilmente para limitar el tiempo en que el azúcar está en contacto con los dientes.
Es mejor una pequeña cantidad de golosinas junta (seguida del cepillado) que andar comiendo chuches todo el día.
Además podemos limitar el consumo de golosinas que pueden contener ácidos (como el ácido cítrico) para intensificar el sabor ácido. Los ácidos pueden contribuir a la erosión dental y a la formación de caries.
En fin, recordemos que las caries en los niños son frecuentes pero prevenibles y que los caramelos masticables y pegajosos son los más peligrosos para los dientes por la persistencia de sus restos en la boca.
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