A todos los padres nos interesa que nuestros hijos crezcan sanos y fuertes. Y una parte clave para ello, es la alimentación que les damos, a través de la variedad de alimentos que no pueden faltar en su dieta.
Sin embargo, en ocasiones los niños se ponen algo quisquillosos y se niegan a probar o comer ciertos alimentos. Cuando esto sucede, muchos padres, preocupados porque sus hijos tengan una correcta nutrición, recurren a diferentes técnicas para lograr que los coman, desde presionarlos, hasta utilizar sobornos ("si lo comes te daré una galleta de postre").
Sin embargo, un estudio reciente encontró que en realidad, el presionar a los niños a comer los alimentos que no quieren no sirve de nada. Te compartimos sus resultados y te contamos sobre otras opciones para motivar a tus hijos a probar otros alimentos.
El estudio
Publicado en la revista Appetite, el estudio analizó la relación entre la alimentación selectiva de los niños, la presión de los padres a la hora de comer y el crecimiento en la infancia temprana. Para ello se contó con la participación de 244 niños de dos y tres años de edad, a quienes se les dio seguimiento durante un año.
Se hicieron comparaciones entre las tácticas de presión por parte de los padres para que consumieran ciertos alimentos, con el crecimiento saludable del niño y la reducción de la conducta de alimentación selectiva.
De acuerdo con sus resultados, aunque los niños sean quisquillosos y se rehúsen a probar ciertos alimentos, esto no afectará su crecimiento y se desarrollarán de forma normal, que suele ser la principal preocupación por la que los padres desean que sus hijos incluyan en su dieta una mayor variedad de alimentos que les otorguen los nutrientes necesarios.
Pero además, también se encontró que el hecho de que los padres les presionen para que consuman otros alimentos, no ayuda a que la alimentación selectiva se reduzca, sino que podría ocasionar todo lo contrario.
En resumen, presionar a los niños para que coman no les ayudará a desarrollarse mejor ni hará desaparecer ese comportamiento quisquilloso al momento de comer. Pero entonces, ¿qué se puede hacer? Te compartimos algunas ideas.
Cómo motivar a los niños para que prueben otros alimentos
A nadie le gusta que le obliguen a hacer algo que no quiere, por lo cual es obvio que a los niños tampoco les resultará agradable que se les obligue a probar alimentos que no les apetecen. Pero hay otras formas más amigables, y sobre todo, más naturales, con las que tus hijos pueden sentirse más motivados a probar nuevos alimentos.
Involúcralos desde el inicio
Muchas veces los niños solo ven un alimento y de inmediato se rehúsan a comerlo sin saber absolutamente nada de él. Una forma de presentarle los alimentos y darle tiempo de conocerlos, es involucrarlos en todo el proceso: desde la compra de la despensa en el mercado, hasta el momento de cocinarlos. Así, puedes ir contándole poco a poco todo acerca del nuevo alimento, creando curiosidad y expectativa sobre él.
Haz de la comida una verdadera experiencia en familia
A la hora de comer, procura que sea una actividad que involucre a toda la familia y que sea una oportunidad para convivir y platicar. Deja el móvil o las tablets de lado y enfóquense en el momento: los niños suelen ser más receptivos y están más dispuestos a comer cuando tienen la atención completa de sus padres.
No dejes fuera los alimentos que no desea comer
El hecho de que sean quisquillosos y no coman ciertos alimentos no significa que solo por eso ya no debemos presentárselos nunca. Poner un poco de un nuevo alimento o que ha dejado de comer, es una forma de mantenerlo presente, pero sin caer en el típico "termina todo tu comida". La clave aquí está en que se vaya familiarizando con los alimentos que rechaza o no conoce.
Pon el ejemplo
Y desde luego, lo más fuerte que podemos hacer sin obligarles a comer, es poniendo el ejemplo nosotros mismos. Si lo que deseamos es que nuestros hijos tengan hábitos saludables, nosotros también debemos tenerlos. Al ver que toda la familia come lo mismo y con gusto, le será más atractivo el probar ese alimento que no se le apetecía tanto al principio.
Recuerda también, que con el tiempo las preferencias alimenticias de los niños pueden cambiar, y lo que les encantaba cuando eran bebés puede no ser de su agrado después. En este caso lo que se deberá hacer es intentar volver a modificar esa preferencia poco a poco, a través de los consejos que aquí te hemos compartido, pero nunca obligando a los niños a comer alimentos que no desean probar.
Fotos | iStock
Vía | CNN
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