El aguacate es una fruta que ha ganado mucho protagonismo en los últimos años por todos los beneficios que tiene a nivel nutricional. Sin embargo es difícil conservarlo en buen estado una vez se ha abierto, así que, tras probar todos los trucos que abundan por internet, hemos encontrado el definitivo: ese que logra que podamos consumir media pieza como si acabásemos de cortalo.
Ni dejarle el hueso, ni sumergirlo en agua (al sacarlo va a parecer un guacamole soso y de mala calidad), ni ponerle un molde de silicona "a medida" (spoiler: no valen de nada), ni untarlo con limón o aceite. El único que ha pasado la prueba ha sido el de la cebolla.
El truco definitivo para consevar el aguacate
Si se te queda medio aguacate y quieres consumirlo uno o dos días después, basta con meterlo en un tupper (yo lo hago en uno de cristal), con una cebolla cortada por la mitad, taparlo e introducirlo en la nevera.
La explicación científica de este fenómeno recae en los grupos tiol, compuestos por hidrógeno y azufre, que inhiben la enzima que causa la oxidación del aguacate. Estos evitan que se ponga marrón y que su textura se haga más blanda.
Aunque este método es muy efectivo, tiene una pequeña pega, y es que el olor y sabor de la cebolla se impregna un poco en el aguacate, así que, aunque su aspecto no cambia, su sabor sí. Es decir, no te va a servir para un batido con fruta, pero para una tostada o un guacamole estará perfecto, incluso con un punto muy interesante.