Una vida plena se construye día con día, a través de hábitos y enfoques que nos ayuden a fomentar bienestar en diversos ámbitos de nuestra vida. Pero la construcción de una vida plena no necesita esperar a que seamos mayores y podemos comenzar a trabajar en ella desde temprana edad.
Hemos consultado la inteligencia artificial para definir cuáles son los hábitos que podemos inculcar en nuestros hijos y que les beneficiarán a largo plazo en este sentido. Te compartimos 11 hábitos para que tus hijos tengan una vida plena, según la inteligencia artificial, y avalados como expertas en Bebés y más, desarrollando cada uno de ellos.
Fomentar la autonomía
El primer hábito es uno que recomendamos con frecuencia: fomentar su autonomía. Al permitirles aprender a hacer las cosas por ellos mismos y a tomar decisiones (siempre de acuerdo a su edad y capacidades), no solo fomentamos su independencia, sino les ayudamos a desarrollar confianza en ellos mismos.
Cuidado de la salud
Tener buenos hábitos de salud, desde higiene y cuidado personal hasta una alimentación equilibrada y una vida activa, enseñará a nuestros hijos a cuidar su cuerpo y su salud, enseñándole a valorar ambos y beneficiándoles a largo plazo.
Promover la resiliencia
La resiliencia es la capacidad que tiene una persona para adaptarse de forma positiva a situaciones adversas, cambios o desafíos que puedan surgir. Enfrentar desafíos y superar obstáculos de forma positiva enseñará a nuestros hijos una mentalidad positiva y de crecimiento, al mismo tiempo que los prepara para los desafíos que enfrentará a lo largo de su vida.
Fomentar relaciones saludables
Los seres humanos somos sociables por naturaleza: es algo que necesitamos y que además de enriquecer nuestra vida nos puede ayudar a crecer como personar. Por ello es importante que como padres ayudemos a nuestros a desarrollar habilidades sociales, incluyendo la empatía y el respeto hacia los demás, así como el valor de la amistad.
Inculcar valores
Hablando de respeto y empatía, también es importante que dediquemos un tiempo a la educación en valores. La infancia es el mejor momento para enseñar valores fundamentales como la honestidad, la compasión, la generosidad y la amabilidad. Y como siempre recordamos: la mejor forma de hacerlo es con nuestro ejemplo.
Fomentar la gratitud
Saber apreciar lo que tenemos nos ayuda a tener una actitud positiva y reduce el enfoque en lo negativo. Enseñarle a nuestros hijos a apreciar las cosas positivas en sus vidas y a expresar gratitud es indudablemente una de las piezas claves para una vida plena.
Tiempo de calidad
Dedicar tiempo de calidad a nuestros hijos es imprescindible. Por tiempo de calidad nos referimos a estar presentes para ellos, así como escuchar sus inquietudes y demostrarles apoyo o consejo cuando ellos lo necesiten. Esto les enseñará además a escuchar a otros (como sus amigos o futura pareja) y a estar para ellos emocionalmente en el futuro.
Poner límites
Los límites son necesarios para los niños (y claro, también lo son para los adultos). Como ya hemos hablado en otras ocasiones, establecer límites es fundamental y necesario para su felicidad, así como para el bienestar emocional suyo y de quienes les rodean. Eso sí, habremos de hacerlo siempre desde el respeto y con empatía.
Promover la educación
Creemos firmemente que nunca dejamos de aprender y siempre hay algo nuevo que valga la pena conocer. Anima a tus hijos a valorar el aprendizaje y la adquisición de conocimientos, así como a desarrollar el pensamiento crítico. Algunas de las cosas que puedes hacer para lograrlo son: fomentar la lectura, leer con ellos, apoyarles en sus estudios y fomentar su curiosidad intelectual.
Fomentar pasatiempos y actividades enriquecedoras
La diversión y los momentos de ocio también son necesarios y básicos para una vida plena. Anima a tus hijos a descubrir sus intereses y talentos individuales, puede ser a través de la experimentación y conversación de diversos temas o al darles la oportunidad para explorar diferentes actividades extracurriculares y pasatiempos.
Promover el servicio a los demás
Finalmente, pero no menos importante: promover el valor de ayudar a los demás. Ser parte de una comunidad y apoyar a otros (alguien que necesite ayuda, anotarse para hacer un voluntariado...) no solo es algo que le damos al mundo, pues también nos ayuda a sentirnos conectados con los demás y satisfechos con nosotros mismos.
Foto | Alena Darmel en Pexels