A pesar de que al principio puede resultar complejo cambiar el pañal a un bebé muy pequeñito -especialmente cuando eres primerizo- , la verdadera complicación llega meses más tarde, cuando el momento se convierte en una lucha titánica entre un bebé que se mueve, patalea y se retuerce, y un adulto que suda lo indescriptible para lograr cambiarle el pañal sin incidentes.
Si tu bebé es de los que no quiere que le cambien el pañal, te compartimos una serie de consejos que pueden ayudarte a que el momento sea más fácil y llevadero.
¿Por qué a mi bebé no le gusta que le cambie el pañal?
Los primeros cuatro o cinco meses de vida, el cambio de pañal suele ser un momento bastante tranquilo, pues al ser pequeñito, el bebé permanece tumbado en el cambiador sin apenas moverse.
Sin embargo, a medida que va creciendo irá ganando fuerza en sus extremidades y desarrollando otro tipo de habilidades motoras, como dar patadas, girar sobre sí mismo o sentarse. Todos estos movimientos los querrá en poner en práctica en todo momento, dificultándonos la tarea de cambiarle o vestirle.
Igualmente, a partir de esta edad se despierta en el bebé su curiosidad por el mundo que le rodea, lo que hará que a menudo se revuelva en el cambiador para intentar ver qué ocurre en la otra esquina de la habitación.
En torno a los 18-24 meses, muchos peques manifiestan su total desacuerdo al cambio de pañal por razones bien distintas.
Por un lado, cambiar el pañal supone interrumpir una actividad divertida que les motiva y les entretiene en ese momento, como puede ser jugar, ver cuentos o ver dibujos animados.
Por otro lado, a partir de esta edad el niño comienza a vivir una etapa de reafirmación en la que siente que tiene capacidad de decidir. Los adultos la llamamos coloquialmente "etapa del no", pero se trata de un proceso de transición importante y necesario en el desarrollo del niño.
Dependiendo de la etapa en la que te encuentres actualmente con tu bebé, podría funcionarte alguno de los consejos que te compartimos a continuación:
Mantén la calma
En primer lugar, es importante mantener la calma y no gritar o forzar al bebé, pues lo único que conseguiremos será alterarle más y complicar la situación.
Entendemos que es muy complicado que tu bebé patalee, de manotazos y se revuelva sobre sí mismo mientras tratas de quitarle un pañal rebosante de caca. Pero en lugar de convertir ese momento en una lucha entre el adulto y el bebé, probemos a enfocarlo de forma positiva y respetuosa.
Averigua qué puede haber detrás del rechazo
Para ello, una de las primeras cosas que podemos hacer es poner nuestros cinco sentidos en tratar de averiguar por qué a nuestro bebé no le gusta que le cambiemos el pañal.
Antes os hemos hablado de cuáles suelen ser las principales causas de este rechazo según la edad, así que no tendremos más que identificarlo y tratar de revertir la situación para que el cambio de pañal sea un momento más placentero para nuestro peque.
Por ejemplo: prueba a ofrecer al bebé un juguete para que esté entretenido mientras le cambias; coloca un espejo al lado del cambiador para saciar su curiosidad y evitar que se revuelva cuando le estás cambiando; si ya puede mantener el equilibrio, cámbiale el pañal de pie en lugar de tumbado, lo que además favorecerá su autonomía y capacidad de decisión...
Sustituye el cambiador por una colchoneta en el suelo
El cambiador es un mueble que por su altura y diseño facilita a los adultos la tarea de cambiar el pañal y vestir al bebé, pero no es igual de cómodo, práctico y seguro para los peques.
Por eso, cuando el bebé empiece a mostrar indicios de no querer cambiarse el pañal, prueba a sustituir el cambiador por una colchoneta en el suelo y muy probablemente notarás que la cosa mejora.
Al cambiarle en el suelo, el bebé seguirá teniendo la misma perspectiva del mundo que tienen cuando está jugando sobre su mantita de actividades, y esa familiaridad con el entorno favorece que se relaje.
Por otro lado, el bebé podrá estar rodeado de sus juguetes favoritos y alcanzarlos con facilidad y sin peligro, lo que le permitirá entretenerse mientras le cambiamos.
Crea rutinas
Los niños necesitan rutinas que les permitan anticipar lo que va a ocurrir en cada momento, y que les hagan sentirse seguros y confiados.
Evidentemente, cambiar el pañal no es una rutina que podamos estipular con antelación y a una hora determinada, como puede ser el baño o el momento de ir a la cama. Sin embargo, sí podemos informar a nuestro bebé de que el momento del cambio de pañal se acerca.
Da igual si pensamos que es muy pequeño y no nos va a entender. Comunicarnos con nuestro bebé es positivo y beneficioso siempre, pero además, según los expertos, advertirle de que vamos a cambiarle el pañal tendrá otros beneficios a la larga.
¡Fuera las prisas!: conecta con tu bebé
Las prisas nunca son buenas, pero cuando tratamos con niños mucho menos. Por eso, a la hora de enfocar cualquier aspecto relacionado con sus cuidados y crianza hemos de rebajar nuestro ritmo, adaptarnos a sus necesidades y conectar emocionalmente con nuestro bebé.
Cuando además se trata de cambiar el pañal entra en juego un nuevo factor relacionado directamente con su intimidad y con la limpieza de sus genitales.
En este sentido, si nuestro bebé nota que le cambiamos con prisas, que somos bruscos o poco cuidados en nuestros movimientos, lo más probable es que busque zafarse de nosotros. Por el contrario, si actuamos desde la calma, la suavidad y el respeto más absoluto, el proceso será más agradable y llevadero para todos.
Explícale por qué es necesario cambiar el pañal
Al hilo de lo anterior, si tu peque es más mayorcito puedes explicarle por qué es necesario cambiar el pañal: "el culito se irrita", "salen granitos y luego pica", "la caca huele mal", "el pis y la caca pueden salirse del pañal y manchar la camiseta tan bonita que llevas"...
Y es que muchas veces actuamos o damos órdenes a nuestros hijos sin pararnos a explicarles por qué hacemos las cosas o las consecuencias que tendría no hacerlas.
Por tanto, empatiza con tu peque, hazle ver que entiendes que cambiar el pañal sea aburrido para él/ella, pero que debéis hacerlo por higiene y bienestar físico.
Plantea a tu hijo la situación y déjale que decida
Si tu peque ya tiene la madurez suficiente como para entenderte y responderte, habla con él/ella sobre la necesidad de cambiar el pañal, pero permitiéndole que tome alguna decisión con respecto a este proceso.
Por ejemplo, podemos darle opciones: "El pañal está sucio y hay que cambiarlo: ¿quieres que lo hagamos antes de hacer la torre de construcciones o después?", "¿Qué pañal prefieres, este o este?"...
Pide a tu hijo que te ayude
Podemos y debemos fomentar la autonomía de los niños desde que son bebés, haciéndoles partícipes de ciertas tareas y pidiendo su colaboración siempre que sea posible.
Así por ejemplo, podemos pedirle al niño que nos de la crema del culito, que saque una toallita del paquete, que arroje el pañal sucio a la basura cuando hayamos terminado... Si se trata de un niño más mayor, su participación en el cambio de pañal deberá ser más activa.
Haz del momento algo divertido
Cambiar el pañal no tiene por qué ser una tarea aburrida, tediosa y monótona. En nuestras manos está convertir el momento en algo divertido y mágico, y que nos permita crear recuerdos inolvidables junto a nuestro bebé.
Por ejemplo: podemos poner música y cantar; hacerle cosquillas, si es que le gustan; hacerle pedorretas en la barriga para que se ría; hacerle caricias, masajes y mimos; contarle un cuento mientras le cambiamos; hacer muecas divertidas o poner caras raras (con el tiempo veremos cómo nuestro bebé tratará de imitarnos); jugar al cucu-trás...
En definitiva, se trata de crear un momento especial, placentero y entretenido que no solo fortalecerá nuestro vínculo, sino que repercutirá positivamente en el desarrollo del bebé y en que el cambio de pañal sea más llevadero.