Cuando hablamos de pijamas para bebés y niños no pensamos en ellos con artículos peligrosos, pero podrían serlo, ya que hay riesgos específicos de accidentes vinculados a su uso que debemos evitar.
¿Cómo podemos proteger la seguridad de nuestros hijos a la hora de dormir? Asegurándonos que duerme en un entorno seguro, incluyendo las prendas que utilizan para dormir, que además de ser de confortables, adecuadas a la temperatura que haga en la habitación y preferiblemente de tejidos naturales como el algodón, también deben ser ignífugos.
Riesgo de quemaduras, estrangulamiento..
Las quemaduras constituyen una de las principales causas de muertes por lesiones y el riesgo se encuentra en muchos lugares, algunos inimaginables. Me ha sorprendido saber que cuando van en pijama, justo al levantarse o antes de acostarse a dormir, se incrementa el peligro.
Esto sucede porque los niños son más propensos al pánico y cuando el pijama empieza a arder son incapaces de reaccionar debido al miedo, no pueden ponerse a salvo y fuera del alcance de las llamas con la misma celeridad con la que actuaría un adulto. Por ello, si un niño se quema accidentalmente la ropa sus lesiones serán más graves que las de un adulto: su tiempo de reacción es mayor.
Además de las quemaduras, los pijamas pueden entrañar otros riesgos si incluyen cordones o lazos que generan un peligro potencial de estrangulamiento. También los botones mal cosidos, que pueden soltarse, podrían provocar que el niño se ahogue. Mejor evitarlos o elegir pijamas con broches automáticos.
Además, es importante revisar con frecuencia las costuras para evitar que queden hilos sueltos que puedan provocar lo que se conoce como síndrome del torniquete, el estrangulamiento de los dedos a causa de un hilo o un pelo enroscado.
¿Qué hay que tener en cuenta al comprar y antes de utilizar pijamas para niños?
La Asociación Española de Pediatría establece los siguientes consejos para que los pijamas no les estropeen el sueño a los niños.
- Comprobar que el pijama cumple las normas europeas, EN 1103: 2005 y EN 14878: 2007, relacionadas con la inflamabilidad textil.
- Comprar pijamas ignífugos. Las prendas ignífugas están hechas de materiales resistentes al fuego o han sido tratadas con materiales retardantes, por lo que no siguen ardiendo una vez separados de una llama pequeña.
- Comprar pijamas que se ajusten al cuerpo, no prendas holgadas (de algodón o mezcla) ya que arden con facilidad. Los pijamas ceñidos se ajustan al cuerpo del niño y es menos probable que entren en contacto con una llama e, incluso si lo hacen, la llama no se extenderá tan rápidamente como con una prenda floja.
- No comprar pijamas con botones o cordones y lazos largos para evitar el riesgo de atragantamiento o estrangulamiento.
- Supervisar a los niños antes de acostarse y justo después de levantarse, puesto que es el momento en el que están más expuestos a sufrir quemaduras al jugar con velas, encendedores... con el pijama puesto.
Por supuesto, esta última recomendación es vital e iría más allá: nunca, nunca, dejar al alcance de los niños cerillas, encendedores, velas... ni ninguno de esos elementos, ya que entrañan un gran peligro. En un momento puede suceder una desgracia, a cualquier hora del día, en pijama, ropa de calle o de cualquier modo.
Foto de Ksenia Chernaya en Pexels
En Bebés y más | Muere una niña de 14 meses al quedarse enganchado su pijama en un gancho que habían puesto a su cuna