Ya habíamos hablado del mágico efecto de "la tetanalgesia", la Organización Mundial de la Salud lo hizo oficial el año pasado incluyendo dar el pecho en las recomendaciones para la vacunación infantil y ahora un estudio vuelve a poner el acento en los efectos beneficiosos de que el bebé tome el pecho mientras recibe un pinchazo.
En concreto, el Grupo de Expertos de la OMS en asesoramiento estratégico en materia de inmunización (SAGE) incluyó en las directrices para reducir el dolor y el miedo que causa la vacunación la conveniencia de dar el pecho a los lactantes durante la vacunación o inmediatamente después. Pero es que existen otros momentos en los que el bebé puede recibir pinchazos, como en extracciones de sangre, la prueba del talón... y en todos esos momentos, si está mamando, llorará menos.
Así lo demuestra una investigación dirigida por expertos de la Universidad de Ottawa en Canadá y publicada en "Cochrane Library". Comprobaron que la lactancia materna distrae, conforta y calma a los bebés, pues las endorfinas en la leche materna actuarían como analgésicos.
En concreto, amamantar a los bebés mientras se les da un pinchazo reduce el tiempo de llorar en un promedio de 38 segundos, según los científicos, algo que podría animar a algunas madres a llevar a sus hijos puntualmente a recibir las vacunas preventivas.
En el estudio se combinaron los resultados de seis investigaciones, que involucraban a 547 bebés hasta la edad de 12 meses. Los autores dijeron que los hallazgos podrían utilizarse para hacer vacunas cruciales menos traumáticas para bebés y padres, sin duda muchas madres ya conocen instintivamente el poder de dar el pecho a los pequeños en estos momentos dolorosos.
Los científicos encontraron que la lactancia materna era más eficaz para reducir el dolor que alimentar al bebé con agua o una solución de azúcar dulce, o con leche materna extraída. Los bebés que fueron amamantados lloraron durante 2 minutos y 14 segundos cuando recibieron la inyección mientras que los bebés que no fueron amamantados lloraron durante casi 3 minutos.
En general, los niños que fueron amamantados lloraron 38 segundos menos. También anotaron un promedio de 1,7 puntos menos en una escala de puntuaciones de dolor, basada en expresiones faciales y comportamiento de los pequeños.
Para los investigadores, no se trata solo de una cuestión de distracción o de alimento. La lactancia conforta al bebé, reduce el dolor al estar en contacto piel con piel con la madre, sentir su latido, su calor, su olor, al tener el sabor agradable de la leche materna... Las endorfinas o el triptófano, un aminoácido natural que se encuentra en grandes cantidades en la leche materna, pueden desempeñar un papel importante en la reducción del dolor, aunque no se conoce exactamente.
A pesar de todo, muchos profesionales sanitarios estarían poniendo trabas a esta actuación aduciendo su poca practicidad. Realmente cuesta de entender, con lo manejables que son los bebés y lo fácil que se les da pecho casi en cualquier posición una vez establecida la lactancia. Además, es un "truco" gratis, que no requiere ningún equipo especial ni entrenamiento adicional.
Nosotros, insistimos, la lactancia materna es buena para todo, no existen momentos menos indicados para dar pecho al bebé y si con ello, además, logramos que sufra menos y que llore menos, aunque sea unos pocos segundos, ¿no es suficiente razón para intentarlo?
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Más información | Cochrane Library
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