Hay casos en los que una familia tiene marcado en sus genes tener bebés muy grandes. Esto no implica que en su desarrollo continúe igual, puede adelgazar conforme crece, teniendo las proporciones normales al convertirse en adulto.
Si crees que tu bebé está gordito, es fácil averiguar si es algo genético o es una obesidad persistente, sabiendo como eran tus padres, tus abuelos o algún familiar cuando nació, posiblemente descubrirás si es algo genético. Cuando un bebé tiene una obesidad persistente, es aconsejable llevarlo al pediatra que seguramente, después de unas pruebas previas, te mandará al nutricionista o al endocrinólogo para averiguar el problema y si hiciera falta, le adecuarían una dieta especial. Nunca debes realizar tú ninguna dieta para el bebé, ya que sufrir la falta de algún nutriente necesario para su adecuado desarrollo.
Los pediatras aconsejan unas normas que sí pueden ayudar en este tipo de casos. En principio nunca se le debe obligar a comer, ellos marcan las pautas y la necesidad, por eso mejor no ofrecerle comida si no la pide. Evita el azúcar, no le des yogures de sabores, ya que estos llevan más azúcar, procura darle sólo los naturales, al menos de momento.
Intentar esconderle la existencia de chucherías, patatas chips y dulces en general, ya que si desconoce estos productos no los pedirá. ¿Quién se resiste al deseo de un caramelo en un niño?. Evita los refrescos y zumos preparados por el exceso de azúcar que contienen, lo mejor para calmar la sed es el agua.
Un bebé puede ser muy grande, pero como norma general, siempre tiende a normalizar sus proporciones durante su desarrollo. La verdad es que gusta mucho que nuestro bebé sea grande y hermosote.