Después de abordar las tres primeras etapas de la Teoría del desarrollo cognitivo del psicólogo Jean Piaget: la etapa sensoriomotora (0-2 años), la etapa preoperacional (2-7 años) y la de las operaciones concretas (7-11 años), llegamos a la cuarta y última etapa.
Hablamos de la etapa de las operaciones formales, donde el pensamiento del preadolescente ya es mucho más científico, y por lo tanto, puede hacer razonamientos más complejos.
Además, llega también el pensamiento abstracto, es decir, la capacidad para pensar en aspectos de la realidad que no podemos ver o tocar.
Como característica del pensamiento abstracto, sabemos que su contenido no es un elemento que tengamos enfrente, sino que está en la mente de la persona. Por otro lado, también entendemos por pensamiento abstracto, aquel que nos permite reflexionar sobre las causas de los fenómenos.
Pero, ¿qué más sabemos de esta última etapa del desarrollo cognitivo? ¿Qué más la caracteriza? ¿Cómo piensa un preadolescente (y futuro adolescente) y cómo resuelve los problemas? ¡Descúbrelo!
La etapa de las operaciones formales: de los 11 años en adelante
Hablamos de la cuarta y última etapa de la Teoría del desarrollo cognitivo propuesta por Jean Piaget: la etapa de las operaciones formales, que se extiende desde los 11/12 años hacia adelante (es decir, hacia la edad adulta).
El pensamiento formal
En esta etapa surge un tipo de pensamiento que lleva el mismo nombre: el pensamiento formal. Este pensamiento es mucho más abstracto que los anteriores (como por ejemplo, el pensamiento concreto de la etapa anterior, la etapa de las operaciones concretas).
Los preadolescentes, a partir de los 11 años, ya usan el pensamiento de forma mucho más lógica, y pueden también pensar en conceptos más teóricos.
Un pensamiento hipotético-deductivo
Además, en esta etapa los preadolescentes ya empiezan a utilizar el llamado pensamiento (o razonamiento) hipotético-deductivo, un tipo de razonamiento que permite empezar a pensar de forma independiente a las creencias tradicionales o aprendidas.
Es decir, el preadolescente ya analiza las probabilidades de los hechos, comprende que hay hechos más probables que otros, y entiende que hay sucesos inevitables y otros imposibles.
¿Cómo llega a conclusiones el preadolescente en esta etapa?
El preadolescente de esta etapa ya no usa, solamente, los objetos físicos y reales para llegar a conclusiones, sino que también piensa sobre situaciones hipotéticas (que imagina y construye en su mente).
Puede imaginar diferentes escenarios de la realidad, sin necesidad de tener algo tangible (algo que pueda ver y tocar) que lo refuerce. En definitiva: el preadolescente ya tiene capacidad para razonar sobre problemas más complejos, y para buscar soluciones a los mismos.
Características de la etapa de las operaciones formales
Encontramos tres características importantes en la etapa de las operaciones formales, que definen la forma de pensar y de resolver problemas del preadolescente:
Resolución de problemas: más estrategias
Una de las características básicas de esta etapa evolutiva es, como hemos visto, un pensamiento mucho más lógico y razonado (es decir, más científico).
Gracias a ello, el preadolescente de esta etapa puede resolver problemas más complejos (y de forma más eficaz) a través de un análisis más exhaustivo de los mismos.
También se ayuda del hecho de abordar estos problemas de forma más organizada y sistemática (ya no se limita al "ensayo y error", que también puede usar a veces, sino que hace hipótesis mentales de las cosas, las pone a prueba, etc.).
En definitiva; ya puede, imaginar en su mente, escenarios hipotéticos de la realidad, preguntándose cómo pueden evolucionar las cosas en cada uno de ellos. Así, las estrategias para resolver problemas se amplían, y se vuelven menos prácticas y más analíticas y lógicas.
Razonamiento hipotético-deductivo
Otra característica fundamental de la etapa de las operaciones formales que plantea Piaget es la aparición de un razonamiento hipotético-deductivo.
Este tipo de razonamiento no surge "de la nada", sino que ya se observan pequeños atisbos del mismo, a finales de la infancia, cuando el niño empieza a preguntarse cosas del tipo "qué pasaría si...".
A través del razonamiento hipotético-deductivo, el preadolescente ya es capaz, a la hora de resolver problemas o de reflexionar acerca de la realidad, de pensar en soluciones basadas en sus pensamientos abstractos y en las hipótesis que se ha planteado de la realidad.
Ejemplo de este tipo de razonamiento
Un ejemplo de razonamiento hipotético-deductivo sería; observamos que las personas que no hacen deporte de forma regular rinden menos en educación física. Se formula la hipótesis: "las personas que no practican deporte de forma regular, rinden peor en educación física".
Para comprobarlo, identificamos a las personas que hacen deporte en clase y a las que no, y observamos su comportamiento en educación física. Este sería un ejemplo muy sencillo, que aún se puede volver más complejo, pero es para entender el funcionamiento de esta forma de razonar y pensar.
En definitiva; a través de este razonamiento, el preadolescente ya llega a conclusiones sin necesidad de requerir objetos físicos, ya que usa su mente para llegar a las mismas. Así, se cuestiona las cosas, se plantea hipótesis, genera predicciones e intenta responder a sus propias preguntas.
Pensamiento abstracto
La tercera característica esencial de la etapa de las operaciones formales es el pensamiento abstracto. Como vimos en el artículo anterior, el de las operaciones concretas, el niño resolvía los problemas a través de los objetos físicos que podía observar; los "necesitaba" para entender las situaciones y encontrar soluciones a los problemas.
En cambio, con la llegada del pensamiento abstracto, el preadolescente ya trabaja a partir de ideas que están en su mente. Es decir, a través del pensamiento abstracto; de esta forma, puede pensar en conceptos hipotéticos y abstractos sin necesidad de experimentar de forma directa con la realidad.
Reflexión final
Como hemos visto, en esta etapa, el preadolescente ya utiliza mucho más la lógica (que apareció en etapas anteriores) para llegar a conclusiones no solo "físicas" sino también abstractas, es decir, que no están ligadas a situaciones que haya podido comprobar de forma experimental o directa "con sus propias manos".
Este pensamiento es una estrategia mental que se consolida a esta etapa, y que, por lo tanto, en un desarrollo normativo, ya utilizará el adolescente y también el adulto durante toda su vida.
Lógicamente, también utilizará estrategias aprendidas anteriormente, dependiendo de la situación con la que se encuentre, pero al menos tendrá muchas más opciones a la hora de escoger qué estrategia le sirve en cada caso.
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