El niño debe aprender a aceptar los nuevos alimentos que se le ofrecen. Al principio los rechazará pero terminará por aceptarlos si tiene la oportunidad de probarlos repetidamente en un ambiente favorable y sin presiones; el bebé necesitará tiempo para acostumbrarse a la variedad de nuevos sabores y texturas. Es muy importante que los padres no se demuestren ansiosos ante la negativa del pequeño y mucho menos obligarlo a comer. Lo aconsejable es actuar con paciencia-persistencia en la etapa final de la lactancia exclusiva y antes del aumento de la autonomía, antes de que empiece a caminar.
Si se introduce un nuevo alimento que es rechazado, lo ideal es darle a probar varias veces a la semana alimentos nuevos, de esta manera se disminuye las reacciones negativas que fácilmente se pueden establecer en la alimentación.
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