Puede parecer falta de atención pero es una realidad fácilmente comprobable: cuando a un niño le dejas adquirir sus conquistas de forma autónoma en el desarrollo motor, pasa por más etapas de movimiento y esto le enriquece. Por eso, si quieres que tu hijo gatee, no le enseñes a caminar.
El gateo es el primer recurso de desplazamiento del bebé para acceder a objetos que están lejanos. Aunque previamente aprenden a voltearse para cambiar de postura y experimentar, no se suele utilizar para cambiar de posición en el espacio. Así que el gateo es un recurso a su alcance para poder cumplir sus proyectos motrices.
Podríamos pensar que el niño mantendría las dos fórmulas, el gateo y la marcha asistida por nosotros, de forma simultánea, pero no suele ser así. Tiene que comparar una forma de desplazamiento lenta y pegada al suelo en la que se tenga que apoyar con esfuerzo de coordinación en manos y rodillas con otra fórmula en la que va más alejado del suelo (puede ver con una perspectiva más interesante) y en la que el adulto le presta una atención total y un contacto físico. Lo habitual es que el bebé sacrifique su posibilidad de desplazamiento autónoma (gateo) por la otra fórmula, más sofisticada pero dependiente de otra persona (la marcha). Además tiene que llamar mediante vocalizaciones, gestos o llanto a esa otra persona cada vez que quiera desplazarse, por lo que el sentimiento de dependencia se intensifica.
La alternativa es respetar su ritmo de evolución independiente. El gateo surge porque el niño ya tiene una necesidad intelectual y sensorial de acercarse a los objetos que le atraen pero todavía no tiene la competencia física para hacerlo de pie. Con este método lograr cumplir sus objetivos y, aunque por supuesto no lo sabe, le beneficia posteriormente a nivel de coordinación entre extremidades, prevención del estrabismo, facilitación de la digestión y otros factores que comentaremos con más detenimiento en otra entrada.
Parece que el gateo es una etapa del desarrollo que se cada vez se produce con menos frecuencia, pero quizá es que cada vez alteramos más el ritmo natural de desarrollo del bebé, porque está comprobado (Instituto Pickler de Budapest) que cuando somos espectadores respetuosos y disponibles de ese desarrollo sin alterarlo, el gateo surge de forma natural. Así que, si quieres que tu hijo gatee, no le enseñes a caminar.
Foto | Flickr (Jorgeravines) En Bebés y más | Estimular el gateo, Gatear es muy importante: 8 razones de peso, Mi bebé: los preliminares del gateo, Pataleando: "pasito a pasito" hacia el gateo