Si pides a cualquier persona que te explique cosas que le sucedieron en su infancia, cuando tenía dos o tres años, seguro que te dirá que no es capaz de hacerlo, porque no lo recuerda. Como mucho, es posible que te explique anécdotas de aquellos tiempos que recuerda porque hay fotos que las atestiguan o porque de tanto escuchárselas a sus padres, parece hasta recordarlas.
Hasta la fecha no se sabía a ciencia cierta cuál era la causa de este fenómeno. Ahora, científicos del Hospital Infantil de Toronto y de la Universidad de Toronto han podido dar una posible explicación a por qué no recordamos los sucesos de nuestra infancia gracias a un estudio reciente.
Según explican, la razón de que al crecer perdamos los recuerdos de cuando éramos pequeños es la producción de neuronas, que es muy alta en edades tempranas. El cerebro de un bebé recién nacido es un 25% de lo que llegará a ser en la edad adulta. En los primeros tres años el ritmo de crecimiento es muy elevado, tanto que a los tres años de edad el cerebro ya ha doblado su tamaño. Luego, hasta los cinco años, sigue creciendo a un ritmo bastante alto, momento en que frena para seguir creciendo de manera más paulatina hasta la adolescencia, que es cuando deja de crecer (pese a que sigue madurando).
Al proceso de crecimiento del cerebro, a la creación de nuevas células neuronales, se le conoce como neurogénesis, proceso que hace, lógicamente, que los niños puedan aprender cada vez más cosas. Sin embargo, han visto que este proceso tiene otro efecto: borra los recuerdos.
Para llegar a esta conclusión Paul Frankland y Sheena Josselyn hicieron un estudio con ratones jóvenes y con ratones viejos, observando qué sucedía cuando aumentaban o detenían la generación de nuevas neuronas en el hipocampo, que es la zona relacionada con el aprendizaje y con los recuerdos.
Primero detuvieron la producción de nuevas neuronas en los ratones jóvenes, produciéndose en ellos una mayor capacidad para almacenar los recuerdos. Entonces cogieron a los ratones viejos, los que por edad podrían tener más dificultad para generar nuevas neuronas, y aumentaron la neurogénesis. El efecto fue que tuvieron una menor capacidad para recordar.
En palabras de Frankland, coautor del estudio:
Creemos que nuestro nuevo estudio empieza a explicar por qué no tenemos memoria de esos primeros años. Antes de los cuatro o cinco años tenemos un hipocampo muy dinámico que no puede almacenar información de forma estable.
Sin duda, se trata de un hallazgo más que interesante que parece dar respuesta al conocido fenómeno que tanta rabia nos da, el de no poder explicar cómo éramos de pequeños ni las cosas que nos sucedían, el de poner cara de "¿Yo hice eso?" cuando nuestros padres nos explican las cosas que hacíamos y el que hace que nuestros hijos sean capaces de decirte el nombre de los más conocidos compositores de la música clásica con solo ver su foto a los dos años para, ahora con siete (hablo de mi hijo Jon), no reconocer a prácticamente ninguno de ellos.
Vía | Hora Cero Foto | makelessnoise en Flickr En Bebés y más | El cerebro del bebé: cómo ayudar a su correcto desarrollo (I) y (II), El cerebro de los niños parece crecer más cuanto más tiempo son amamantados, Los niños con problemas del comportamiento tienen un cerebro diferente