Los niños vuelven estos días al cole, con todo lo que ello conlleva. Tras unas merecidas vacaciones, el mundo escolar vuelve a entrar en nuestras vidas y la de nuestros hijos, con sus cosas buenas y malas, aquellas que nos gustan y las que nos disgustan... Para los primerizos, todo un mundo nuevo por descubrir.
La vuelta al cole nos vuelve a traer las mismas controversias que dejamos atrás el curso pasado (y tal vez algunas nuevas): mochilas demasiado pesadas, deberes abusivos, extraescolares absorbentes, grupos de Whatsapp de los que nos gustaría huir.... Si pudiésemos pedir nueve deseos con la vuelta al cole, ¿qué pedimos algunos padres?
Menos libros; llevan demasiados
Ya hemos comprado los libros de texto y nuestros hijos van con las mochilas cargadas con toneladas de conocimiento a sus espaldas. ¿Es realmente necesario tanto libro para aprender? Algunos libros acaban el curso prácticamente nuevos, sin utilizar. Libros que, por otro lado, no han podido heredar de hermanos o conocidos, y hemos tenido que gastar una fortuna en comprar nuevos, o de segundamano en los mejores casos.
Los colegios sin libros demuestran que es posible aprender sin necesidad de lecciones impresas en libros tradicionales. Hay una variedad de herramientas y materiales didácticos, elaborados por los profesores o por los propios alumnos, en los que basar o complementar el aprendizaje.
Aligerar el peso de la mochila
A raíz de la tonelada de libros de texto que les piden, luego el problema deriva en el cargamento que tienen que llevar a los niños a sus espaldas, que acaba haciendo daño a sus columnas en desarrollo.
Sus mochilas pesan demasiado algunos días (o todos). Superan fácilmente los cinco kilos de peso, cuando se recomienda que el peso de la mochila no supere el 15 por ciento del peso del niño o niña. Hay que buscar soluciones para que los libros y cuadernos viajen menos en las mochilas de nuestros hijos.
Menos deberes (o mejor ninguno)
Dependiendo del estilo de educación que hayamos elegido para nuestros hijos, la cantidad y el tipo de deberes varía considerablemente, pero la mayoría de los colegios en España dan demasiados deberes. No es que lo diga yo (que lo he padecido y por eso he cambiado a mis hijas de colegio), sino que lo dice la OMS. La organización considera que los niños españoles se encuentran entre los más presionados por los deberes, ocupando los primeros puestos en el ránking de países con el mayor porcentaje de niños afectados por los deberes excesivos.
Hay muchas formas de aprender sin necesidad de hacer deberes de forma mecánica durante horas. Después de una jornada escolar de 6-8 horas, los niños necesitan tener tiempo de esparcimiento y ocio, tiempo para compartir con sus padres, para leer o jugar. Si no alcanza con el tiempo que pasan en el colegio, es que algo está fallando en el sistema educativo.
Grupos de Whatsapp más moderados
Con la vuelta al cole, se acabó la paz en los grupos de Whatsapp. Empiezan a sonar las notificaciones de mensajes de madres y padres sobre la organización del cole, las clases, los cumpleaños, los libros... Temas hay para todos los gustos, tanto escolares como asuntos que nada tienen que ver con el colegio: ofertas de trabajo, consultas sobre los granitos que le han salido al peque, el vestido para una boda, etc.
Para algunos padres, el grupo de Whatsapp es lo mejor que ha podido pasarles, para otros, lo peor que ha ocurrido en los colegios. Y quienes estamos entremedias (yo estaría entre los segundos, pero reconozco que soluciona bastante), por la salud mental de los padres que formamos parte no de uno, sino de múltiples grupos (seis el curso pasado), rogamos que este curso las conversaciones sean más moderadas.
Y un apunte: queridas madres y padres, no hace falta que cuando alguien pregunta si ha encontrado el zapato que perdió su hijo, los treinta padres restantes del grupo respondan "Yo no, lo siento. Seguro que pronto aparece". Alcanza con que responda quien sí lo ha encontrado.
Extraescolares que no nos esclavicen
Además de pasar el día en el colegio, al acabar la jornada la mayoría de los niños están apuntados en alguna actividad extraescolar (baile, patinaje, teatro, gimnasia rítmica, fútbol, judo, ajedrez, tenis y un larguísimo etcétera de actividades a elegir).
Tras decidir qué van a hacer tus hijos y apuntarles, toca llevarlos equis días por semana a la (o las) actividades escogidas. Ocupamos todas sus tardes y las nuestras, además de algún (o todos) los fines de semana. Nuestra vida empieza a girar en torno a las actividades de nuestros hijos relegando nuestra vida social prácticamente a la nada, como si no hubiera vida más allá de las extraescolares
Que se respeten los ritmos del niño
Desde que nos sugirieron apresurarnos para que mi hija mayor dejara el pañal con tres años (cosa que no hicimos hasta que estuvo preparada) porque empezaba el cole "de mayores" siempre tuve la sensación de que se tiende a acelerar los ritmos de desarrollo y aprendizaje de los niños. En educación, ir más rápido no significa llegar más lejos.
Parece que se corriera una carrera de velocidad en la que lo único que interesa es acumular contenidos que a la mayoría de los niños ni siquiera les da tiempo a procesar. No hace falta que los niños aprendan a leer con cuatro años si todavía no tienen la madurez para hacerlo. Ya aprenderá cuando esté preparado.
Períodos de adaptación más amigables
El comienzo de curso es muy duro para los niños, especialmente cuando se trata de bebés y niños pequeños que empiezan la guardería o el cole por primera vez.
Hay que tener en cuenta que nunca se han despegado de papá o mamá y de repente se encuentran en un sitio que no conocen, con profesores y niños que tampoco conocen de nada. Es normal que el niño se sienta desorientado y se quede llorando mientras los padres lo dejan con el corazón encogido. Encima los períodos de adaptación suelen ser muy precarios y poco empáticos con las necesidades de los pequeños.
La falta de conciliación de los padres no ayuda en absoluto. Si pudiésemos estar más tiempo con ellos, se les haría más llevadero el cambio, por eso pedimos:
Uniformes más igualitarios
La mayoría de los colegios que utilizan uniforme imponen falda para niñas y pantalones para niños. A mis hijas y a muchas niñas no les gusta llevar falda (es incómoda, les da frío, se les ve todo) y así como las empresas no imponen códigos sexistas sobre la vestimenta de sus empleados (¡pondríamos el grito en el cielo!), ¿por qué los colegios lo siguen haciendo?
Un colegio británico ha dado el paso al instaurar un uniforme de género neutro para niños y niñas, un ejemplo que deberían seguir todos los colegios, permitiendo a los niños y niñas elegir cómo quieren vestir.
Mañanas más tranquilas
Por último, con la vuelta al cole vuelven las mañanas infernales de prisas y malos humores. En algunas casas, prepararse para ir al cole y al trabajo es una carrera de obstáculos que convierte el comienzo del día en un momento para olvidar.
Si arrancamos el día contentos, con tiempo y bien desayunados, se hará más llevadero el resto del día para toda la familia.
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