Nueve verdades y tres mentiras sobre el sexo en el embarazo

Vamos a dejar las cosas claras desde el principio: el sexo en el embarazo no está contraindicado en absoluto, salvo en casos médicos muy concretos, e incluso es beneficioso para la madre y su bebé.

Aun así, no es extraño que la futura mamá tenga miedo de mantener relaciones sexuales por "si daña a su hijo", ya que aún siguen circulando falsos mitos que desaconsejan la vida sexual durante la gestación. Por eso, con el fin de desterrarlos de una vez por todas, te contamos nueve verdades y alguna que otra mentira sobre el sexo en el embarazo.

Puede dañar al bebé (FALSO)

Se piensa erróneamente que ciertas posturas pueden hacerle daño, que el semen puede afectarle, o que el niño puede sentir el coito como algo desagradable. Sin embargo, ninguna de estas creencias tienen fundamento alguno.

Tal y como explica la clínica Mayo, dentro del abdomen de la madre, el bebé está perfectamente protegido, rodeado por el líquido amniótico, las membranas y las paredes uterinas. El cuello del útero, situado al fondo de la vagina, puede excitarse durante una relación sexual, pero no supone peligro alguno, ya que un tapón de mucosidad sella la entrada del útero. ¡Es imposible que el pene llegue a tocar al niño!

Las relaciones sexuales son buenas para nuestro hijo (VERDAD)

Como lo lees. Practicar sexo no solo no es malo, sino que aporta sensaciones positivas al bebé, que suele permanecer quieto durante toda la actividad, pues el balanceo que provocan los movimientos de mamá de mamá le relaja o duerme. Como percibe las sensaciones maternas, tras el acto sexual, ella se queda tranquila y feliz, y se lo contagia a su hijo.

Pero hay más: el coito aumenta el riego sanguíneo en el útero, lo que hace que el bebé se oxigene mejor. Y aunque es verdad que la frecuencia cardiaca del pequeño aumenta durante el acto sexual, luego vuelve a su ritmo normal sin problemas.

El orgasmo mejora, sin riesgos (VERDAD)

Es cierto que el orgasmo produce una contracción del útero, pero tranquila que tenerlo no implica que te pongas de parto. Las contracciones que se puede sentir durante el orgasmo o inmediatamente después de él son totalmente distintas de las asociadas con el trabajo de parto.

Por el contrario, se liberan endorfinas que invaden todas las células del cuerpo produciendo una intensa sensación de bienestar. Además, como esos químicos naturales atraviesan la placenta, el bebé se contagia de ese estado de felicidad.

Pero hay más. La acción de las hormonas del embarazo provoca que el flujo sanguíneo de la madre aumenta casi un 50 por ciento, especialmente en la región pélvica. De ahí que las relaciones sexuales sean más placenteras y los orgasmos más intensos. Será cuestión de practicar.

¿Quién dijo que la chispa se apaga? (FALSO)

Que no te asusten los falsos mitos. La vida sexual de una mujer o una pareja puede seguir siendo estupenda y habitual incluso cuando hay un bebé en camino. De hecho, mantener relaciones sexuales es recomendable y seguro para la pareja, favorece la intimidad y refuerza los sentimientos en un momento muy especial, mejorando la conexión física y emocional.

Refuerza el rol de mujer sexuada, no solo de futura madre, además favorece que sigamos activando roles de pareja, aumenta la autoestima, hace que asimilemos los cambios corporales de manera más positiva, y favorece con ello la transición a la sexualidad tras el parto.

Y, por si fuera poco:

  • El sexo puede aliviar el dolor y las molestias típicas del embarazo, como el dolor de espalda o de cabeza.

  • Implica cierto ejercicio físico, siempre recomendable.

  • Al practicarlo se liberan endorfinas, la hormona de la felicidad, lo que te hace sentir mejor.

La libido de la mujer sigue muy presente (VERDAD)

Es probable que la mujer atraviese por momentos en los que el deseo sexual disminuya, sobre todo en el primer trimestre a causa de las típicas molestias como náuseas y dolor abdominal, y en la recta final del embarazo por el tamaño y la presión de la barriga.

Durante el segundo trimestre, al superar las molestias, el deseo tiende a reaparecer. En general, parece ser el momento más pleno, pero cada mujer es un mundo, y hay quienes sienten un aumento del deseo desde el comienzo del embarazo.

Pero igual que en algunas mujeres el deseo disminuye, para otras el sexo en el embarazo es más placentero. Sobre todo, en los primeros meses, ya que el aumento de la irrigación sanguínea provoca una mayor sensibilidad a la zona genital y aumenta el flujo vaginal. Eso significa que la vagina se vuelve más sensible y está mejor lubricada.

A esto se suma la liberación por el hecho de no tener que utilizar métodos anticonceptivos, lo que unido a la alegría de estar embarazada, hace que aumente el apetito sexual.

La única limitación pasa por tomar precauciones si se tienen relaciones sexuales con una pareja de la cual no conoce su historia sexual o que pueda tener una enfermedad de transmisión sexual, como herpes, verrugas genitales, candidiasis o VIH.

Si se infecta, puede transmitir la enfermedad a su bebé. En estos casos, hay que procurar usar siempre preservativo.

Tu pareja evita el sexo porque estás gorda (FALSO)

Muchas mujeres descubren que pierden el deseo y la motivación para mantener relaciones sexuales en la última etapa del embarazo, no solo por su tamaño sino porque están preocupadas por el inminente parto y la emoción de ser madres. E incluso algunas porque se ven gordas y creen que su pareja les va a rechazar.

Pero no es así. Los motivos para que su deseo de sexo se incremente o disminuya, depende de otros factores. Algunos se sienten incluso más cercanos a su pareja embarazada y disfrutan de los cambios en su cuerpo. Otros tal vez tengan menos deseos debido a la ansiedad del peso de la paternidad o debido a preocupaciones por la salud, tanto de la madre como del niño por nacer.

Es posible que a su pareja le cueste aceptar su identidad como pareja sexual ahora que tiene una nueva identidad (cada vez más visible) de madre embarazada. Una vez más, recuerda que hablar del tema con tu pareja puede ser de gran ayuda para afrontar estos problemas.

Es aconsejable también en el primer trimestre (VERDAD)

Las relaciones sexuales son bienvenidas durante todos los meses del embarazo, ya que aportan beneficios a las mujeres. Eso significa que puedes tener sexo en cualquier etapa, ya que no está contraindicado, excepto si tu ginecólogo lo desaconseja porque exista alguna enfermedad o patología en la gestación, como sangrado genital.

Pero si no tienes enfermedades graves ni embarazo de riesgo, no debes preocuparte por malograr el embarazo. Según indica la clínica Mayo, tener relaciones sexuales no provoca un aborto espontáneo. La mayoría ocurren porque el feto no se está desarrollando normalmente.

El sexo anal está permitido con precauciones (VERDAD)

Durante mucho tiempo se ha insistido en que las embarazadas han de evitar el sexo anal. Sin embargo, esta práctica no conlleva mayor problema, salvo complicaciones e indicación médica concreta. Eso sí, con algunas salvedades y cuidados.

Debemos evitarlo, o practicarlo con cuidado, en caso de presentar hemorroides (frecuente en el embarazo) y evitar pasar de la penetración anal a la vaginal, ya que esto podría causar infecciones. En estos casos, podemos asearnos en el baño o cambiar el preservativo.

Hacer el amor en las últimas semanas puede acelerar el parto (VERDAD)

Aunque alguna investigación lo descarta, parece que mantener relaciones sexuales en la recta final del embarazo es una forma natural de acelerar el parto cuando éste no llega. La explicación podría estar en el hecho de que el esperma contiene prostaglandinas, que son, precisamente, las hormonas que se utilizan para inducir el parto.

Lo ideal es que hagáis el amor eyaculando el hombre dentro de la vagina. Si además llegas al orgasmo, mejor que mejor, por las contracciones en el útero.

Pero también es bueno, aunque no llegue a desencadenarlo, porque el sexo activa receptores en el cerebro que ayudan a calmar los dolores de las contracciones. Por eso, se recomienda mantener relaciones para disminuir los dolores que preceden al parto, aunque no practicarlo una vez que se hayan roto aguas, por el riesgo de infección.

Hay posturas más adecuadas que otras según el trimestre (VERDAD)

  • Al comienzo del embarazo, el abdomen no ha crecido mucho y sigue manteniendo movilidad y flexibilidad, por lo que quizás es la etapa más cómoda para mantener relaciones sexuales. Cualquier postura es bienvenida.

Además, durante este primer trimestre de gestación la libido aumenta, siendo más fácil y placentero llegar al orgasmo.

  • En el segundo trimestre, la embarazada ya tiene más tripa, lo que empieza a dificultar su movilidad y flexibilidad. Podrá seguir manteniendo una actividad sexual normal, aunque tratando de evitar ciertas posturas que ejerzan mucha presión sobre el abdomen.

Por eso, puede ser recomendable una postura con la mujer encima del hombre, siendo además una de las opciones más cómodas y placenteras para la mujer. La mujer podrá liberar la presión de su abdomen y controlar en todo momento la intensidad y profundidad del acto sexual. Cualquier variación de esta postura sexual, en la que la mujer se coloca encima, será muy cómoda en este periodo.

  • Tercer trimestre. También la penetración por detrás, comúnmente conocida como la postura del “perrito”, es una de las más cómodas, ya que permite mucha movilidad y deja el vientre libre. También la de "la cucharita", una de las más indicadas. En ella, la mujer se tumbará de costado y el hombre se situará detrás de ella. Al realizarse la penetración desde detrás, el abdomen queda liberado de cualquier tipo de presión.

En esta última etapa, es muy importante evitar posturas en las cuales la mujer se tumba boca arriba, ya que el peso del vientre, sobre todo a medida que se acerca el momento del parto, puede ejercer presión y dificultar el funcionamiento correcto del riego sanguíneo.

Hay que evitarlo ante señales de alarma (VERDAD)

Si al hacer el amor notas dolores, molestias o calambres, contracciones muy fuertes, si se presentan sangrados o pérdida de líquido amniótico, hay que renunciar al sexo, ya que se podría llegar a provocar el aborto o el parto prematuro del bebé. Como hemos comentado, también está contraindicado si ya has roto aguas, por el riesgo de infección.

También hay que evitarlo si tu médico te lo indica en caso de padecer alguna enfermedad como puede ser la insuficiencia placentaria, placenta previa, diabetes, asma, problemas cardíacos o infecciones genitales.

El sexo no es solo coito (VERDAD ABSOLUTA)

En caso de que el médico te indique que está contraindicado o que simplemente a pesar de todo lo explicado, no tengas ganas, hay que recordar que no es el coito la única manera de lograr intimidad con la pareja, ni la única relación sexual posible. Los besos, los abrazos, los masajes sensuales, la masturbación, los juegos sexuales y el sexo oral pueden ser otras maneras de satisfacer el deseo.

En el caso del sexo oral sí hay que tener en cuenta un punto importante: la pareja no debe soplar en la vagina de la mujer embarazada. Normalmente no sucede, pero si ocurriera, el ingreso de aire podría ocasionar una embolia (un vaso sanguíneo bloqueado por una burbuja de aire), con graves consecuencias para la madre y el bebé.

En resumen, lo importante es perder el miedo y entender que con un mínimo de precauciones, el bebé no corre ningún riesgo. Tanto la embarazada como su pareja seguro que encuentran la forma de disfrutar del sexo durante estos nueve meses tan especiales.

Vía | Mayo Clinic y Kids Health

Fotos | iStock

En Bebés y Más | El deseo sexual del padre durante el embarazo

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