Nadie nos puede asegurar que encontraremos fácilmente el amor de nuestra vida y que, además, estaremos toda la vida con él. Sin embargo, sí hay algunas acciones que podemos hacer para acercarnos a la posibilidad de cultivar ese amor y lograr una relación estable y duradera.
Acciones que dependen de nosotros y que además, nos llevan a aprender un montón de cosas en el terreno de las relaciones y el amor. Hemos traído los mejores consejos de algunos expertos en la materia y hemos elaborado esta breve guía con siete cosas que debes entender para tener una relación feliz y para toda la vida.
1) Debemos elegir el tipo de amor que queremos
El psicólogo y experto en relaciones Gary W. Lewandowski Jr afirma que la clave para encontrar una pareja para toda la vida está en saber elegir "el tipo de amor" que mejor nos funcione. Es decir, hemos de pensar en qué tipo de parejas o personas nos hacen sentir escuchados, comprendidos, validados... con quien podamos ser nosotros mismos (o lo que sea importante para nosotros).
El experto, citado en la revista GQ, añade: "el secreto de las citas amorosas es optimizar la comodidad en lugar de la confianza, la amabilidad sobre las chispas y la amistad sobre la química instantánea".
Por ello, hemos de pensar que, si lo que nos interesa es una relación seria y a largo plazo, la otra persona debe ser alguien con quien podamos ser realmente nosotros mismos, con quien podamos compartir de verdad. Por eso, si buscamos este tipo de relación, deberemos fijarnos en este tipo de personas (porque si solo nos fijamos en las chispas del principio, pero en nada más, esto puede ser muy volátil).
2) Las afirmaciones positivas nos ayudan a comunicar algo que nos molesta
Según el psicoterapeuta Sean Grover en Psychology Today, en las relaciones de pareja es importante trabajar en distintas técnicas compasivas que ayudarán a dialogar y poder hacer frente a esos dilemas que aparezcan en la relación sin que supongan el fin de la misma.
Él recomienda usar las llamadas 'afirmaciones positivas' cuando algo del otro nos moleste. Es decir, empezar mencionando lo positivo de lo que haya ocurrido, para después hablar de lo que nos ha molestado. Por ejemplo, si sentimos que nuestra pareja trabaja "demasiado" (dedicando menos tiempo a la relación o a los niños), podemos decir: "Me gusta mucho que seas tan trabajador, pero también me gustaría que pasáramos más tiempo juntos".
3) Cada uno debe responsabilizarse de sus sentimientos y su historia
Otro aspecto que debemos entender si queremos relaciones felices y duraderas, también según Grover, es que cada uno debe responsabilizarse de sus sentimientos. Por ejemplo, cuando el otro dice o hace algo que nos molesta, porque eso nos conecta con experiencias pasadas, con traumas no superados o con algo "nuestro", debemos ser conscientes y ver hasta qué punto el otro "tiene la culpa" de que nos sintamos así o asá.
Y sobre todo, expresarlo claramente: "mira, esto me ha molestado porque me ha conectado con...". No es fácil ser honestos y abrirnos emocionalmente, pero recordemos que es nuestra pareja quien está al otro lado (y además, podemos hacerlo progresivamente).
4) Es importante buscar la felicidad del otro
Por su parte, el médico Ran D. Anbar, en un artículo también para Psychology Today, asegura que es crucial buscar no solo nuestra propia felicidad, sino también, la felicidad del otro.
Y no hace falta hacer "grandes cosas" para lograrlo; según el experto, puedes hacerlo a través de pequeños gestos. Por ejemplo, con demostraciones de afecto, pasando tiempo juntos o aceptado ciertas cosas aunque nos cuesten (como mudarte a una nueva casa para que la familia tenga más espacio o aceptar que sea la pareja la que decide el destino de las vacaciones en una ocasión), aunque no abandonemos nunca del todo nuestras necesidades o creencias personales.
5) Debemos priorizar la felicidad y los acuerdos a tener la razón
Ran D. Anbar da más claves para tener una relación feliz y exitosa, como dejar ir ciertas cosas sin importancia para evitar que se conviertan en peleas y lleguen a causar problemas o frustración.
Es decir, no pasa nada porque, en alguna ocasión, dejes que tu pareja "se salga con la suya" (al menos, en temas poco importantes), para poder llegar a acuerdos. ¿De qué sirve tener la "razón" si acabáis enfadadísimos? A veces tendremos que ceder, y no pasa nada, porque el beneficio que obtenemos es mayor. Eso sí, a veces también tendrá que ser el otro el que ceda, para que la relación sea equilibrada.
Así que, recuerda, si lo que estáis decidiendo o discutiendo no es algo especialmente importante, es mejor dejarlo ir o retomar el tema después.
6) Soltar el pasado nos permite avanzar y construir
Otra clave del médico es soltar el pasado para poder avanzar y construir un nuevo presente con la pareja. Claro que el pasado forma parte de nuestra historia, y el pasado de nuestra pareja, de la suya. Pero debemos integrarlo, aceptarlo y tratar no de pelear más con él o de querer cambiarlo (algo imposible), para que no interfiera (al menos, no demasiado) en nuestro presente.
Según Ran D. Anbar, el pasado solo se debe abordar y recordar con el fin de aprender y de mejorar, y para evitar caer en los mismos errores una y otra vez, pero no hay que aferrarse a él para castigar al otro o para alimentar el rencor.
Y es que, cuando no puedes soltar el pasado es más difícil sanar y avanzar con tu nueva pareja, además de que dificulta el poder perdonar y el tener un enfoque más positivo y constructivo de las cosas. Por lo que, honra tu pasado pero no te obsesiones con él (el pasado es un buen sitio para visitar, pero un mal sitio para quedarse).
7) Trabajarse uno mismo en presencia del otro es alimentar el amor
Finalmente encontramos un consejo de Juanjo y Mariana, fundadores de la Escuela de Relaciones Conscientes llamada Árbol Dúo, para construir relaciones estables y felices. Entre sus aportaciones para Elle encontramos esta: el poder trabajarse en presencia del otro.
Según afirman, "Una relación consciente no es una relación estática en la que solo existe el compromiso de desvelarse a otro, sino el compromiso implícito de trabajarse uno mismo en presencia del otro". Es decir, la relación debe poder ser un espacio seguro en el que trabajarse uno mismo y trabajar el amor de pareja, cultivando aspectos como el amor, la aceptación, la honestidad y la coherencia.
Entonces, trabajarse dentro de la relación implica construir ese espacio seguro y común de escucha, mostrar nuestras vulnerabilidades y poder ser uno mismo en presencia del otro, sabiendo que la relación nos hará evolucionar, y que es algo que debemos cuidar, igual que cuidaríamos una planta que queremos que florezca.
Foto | Portada (Película Los puentes de Madison, 1995)