Estos son los siete comportamientos de los niños con una mente abierta: cómo reconocerlos

Tener una mente (o mentalidad) abierta implica ser receptivos ante las opiniones de los demás, cambiar de pensamiento o idea con facilidad y no tener problemas para adaptarse a los cambios. Es una habilidad que no todas las personas tienen, pero que se puede entrenar con el tiempo.

¿Tu hijo muestra esta capacidad? ¿Cómo saberlo? Hablamos de siete comportamientos que tienen los niños con una mente abierta (o apertura mental) y cómo detectarlos.

Siete comportamientos de los niños con una mente abierta

Los niños con una mente abierta, igual que cualquier niño, no son perfectos, pero sí tienen una serie de comportamientos que les pueden beneficiar en muchos casos, gracias a su apertura mental. Hemos recogido siete de ellos, aunque pueden manifestar más.

1. Buscan alternativas a los problemas

Los niños con apertura mental buscan pueden leer la realidad de forma amplia. Es decir, no se quedan con lo primero que les dicen o que les viene a la cabeza, sino que buscan alternativas a ello, y también, alternativas a sus problemas.

Esta apertura mental les permite explorar ideas más allá de "lo básico" o evidente, y gracias a ello, son capaces de encontrar soluciones originales, diferentes y creativas a sus problemas.

2. Tienen flexibilidad mental

La flexibilidad mental se puede definir como "la capacidad de nuestro cerebro para adaptar nuestra conducta y nuestros pensamientos a las situaciones del entorno, pudiendo ser estas novedosas, inesperadas o cambiantes". Es una habilidad muy beneficiosa para una realidad altamente cambiante, que permite la adaptación a las nuevas situaciones de la vida o a las situaciones difíciles.

Así, son niños que, ante los cambios (desde cambios "pequeños" como cambiar de actividad, hasta cambios más grandes como cambiar de escuela o cambiar de ciudad), se adaptan fácilmente. Por otro lado, esta flexibilidad también les ayuda a cambiar de opinión cuando es necesario hacerlo (no son rígidos en sus ideas), algo muy beneficioso por ejemplo en entornos sociales.

3. Aplican la creatividad

Una mente abierta es una mente creativa. Por ello otro de los comportamientos de los niños con una mentalidad abierta es la incorporación en su día a día de su creatividad.

Y ser creativo implica saber ir más allá de lo evidente, poner en marcha la imaginación, salir de la zona de confort, innovar, probar cosas nuevas, arriesgarse...

La creatividad puede manifestarse en actividades como el arte pero también en actividades más académicas como las matemáticas o las ciencias, ya que ayuda a buscar soluciones innovadoras y diferentes a los problemas. Es lo que se conoce también como pensamiento lateral.

4. Muestran curiosidad

La curiosidad es otro comportamiento típico en los niños con una gran apertura mental. Ser curioso implica la necesidad de explorar, aprender e investigar el entorno, las personas, el mundo... Los niños curiosos tienen sed de aprendizaje, y exploran el mundo con interés y saciando esa necesidad a través de múltiples preguntas.

"¿Por qué esto es así?", "¿qué otra forma hay de hacer esto?", "¿qué es esto?", son algunas de las preguntas habituales de estos niños. Y es maravilloso que podamos responder a sus preguntas con el mismo interés en el que las formulan.

5. Desafían sus ideas

Son niños que no dan por supuesto nada, y que, como decíamos, "van más allá". Se cuestionan las cosas que damos por sentado, y por ello desafían sus ideas, o las ideas usuales o socialmente aceptadas, y buscan aprender más allá de ello.

Si les explicas para qué funciona un determinado objeto, intentarán pensar en qué más puede ser útil. O si han encontrado la forma de realizar un ejercicio, pero es una forma larga de hacerlo, buscarán la forma más corta. En este sentido, su mente inquieta les ayuda a ser inconformistas y a ser críticos con las cosas, algo muy positivo para su aprendizaje.

6. Se inspiran en los demás

Más que envidiar a los demás, se inspiran en ellos para mejorar. Dicen que la envidia es una admiración mal gestionada, y en estos niños se aplica perfectamente. Aunque lógicamente, puedan también experimentar la envidia (y es sano experimentar todas las emociones), lo cierto es que no se quedan anclados en ella, y muchas veces son capaces de darle la vuelta a esta emoción para transformarla en admiración.

Para lograr esto, les ayuda mucho el hecho de tener esta mente tan abierta, que es capaz de transformar también sus pensamientos y emociones para adaptarse a la realidad.

7. No se quedan anclados en el error

Finalmente, son niños que también se equivocan, por supuesto, igual que los demás. Pero gracias a su mente abierta, no se regodean en el error, ni se fustigan por él. Al contrario, muchas veces lo ven como una oportunidad para aprender y mejorar, que les puede ayudar a explorar otros caminos, y con los que pueden aprender, por ejemplo, cómo no se hacen las cosas.

Y esta afirmación recuerda un poco a lo que expresaba Thomas Alva Edison en su proceso inventivo: "no fracasé, sólo descubrí 999 maneras de cómo no hacer una bombilla".

Foto | Portada (Freepik)

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