Más allá de las tendencias, supongo que estaremos de acuerdo en que el bebé es una persona. Y como persona, tiene un ritmo que no será el mismo durante el día que durante la noche, si está cansado, si hace calor o frío, si tiene tres meses o tiene quince, en fin. ¿Por qué habríamos de imponerle un ritmo que le es ajeno, nosotros, los adultos? Tu bebé te hará saber cuándo tiene hambre y cuándo no; tú lo conoces mejor que nadie y podrás darte cuenta cuándo ha comido lo suficiente y cuándo se ha quedado con hambre.
¡Para la lactancia materna no hay límites! ¡Olvídate de los relojes y alimenta a tu hijo siempre que pida y durante el tiempo que quiera!
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