Ante una semejante escena y supongo que ante el peligro real de perder parte de la vista y tener que visitar al psiquiatra en domingo, nuestro querido comensal no tuvo más remedio que decir eso de: ¡Camarero, hay una madre dando el pecho a mi lado!
El problema es que nuestro comensal y fiero defensor de la moral pública cometió dos errores, bueno cometer, cometió bastantes más si a estas alturas piensa de esa forma, pero dos fueron los errores básicos: uno, el haberse sentado en un cafetería pro-lactancia y dos,** haber dado con una dueña de cafetería con las ideas bien claras.**
Cuando Jessica-Anne Allen, la dueña de la cafetería, escuchó las quejas del cliente le informó que estaba en un local pro-lactancia, que ella no estaba haciendo nada malo, que estaba dando de comer a su bebé y que había varias madres que solían venir a disfrutar de su consumición mientras amamantaban a sus bebés, pero que si lo deseaba dentro había más mesas libres, las cuales estaban fuera de tal desagradable escena.
Al final el hombre pasó dentro y aquí habría terminado nuestra historia si no fuera porque Jessica vio a la madre que permanecía en la terraza bastante molesta y cuando le llevo la consumición a nuestro amigo, este le dijo que le había reprendido y que la próxima vez debería ser ella la que reprendiera a sus clientas por no taparse. En ese momento tal como vino la consumición, se fue y volvió en un envase para llevar junto a una educada invitación para abandonar el local, esta vez para no volver.
"Lo que me preocupa es que la mamá se sienta obligada a tener que taparse en futuras ocasiones. No me puedo cree que a estas alturas las madres se sigan viendo obligadas a taparse para dar el pecho a sus bebés" dijo Jessica-Anne
Por desgracia para muchas madres lactantes, esta situación es más cercana de lo que creemos y muchas lo sufren a diario. Espero que un día la sociedad madure y sea capaz de abandonar estúpidos tabúes y retrógradas formas de pensar.
Como hombre, cada vez que escucho una noticia de este tipo me revuelve el estómago seguir viendo como hay gente tan retrógrada, tan corta de mente y enferma capaz de seguir empeñados en ver lo que no hay.
Foto| iStock
Vía | Huffinton Post
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