Inventan un monitor para que las madres lactantes sepan cuánto come su bebé ¿por fin?

La industria, en general, no deja de sorprenderme logrando crear productos para cubrir necesidades que con un poco de información no existen, como la necesidad de muchas madres de saber cuánto está comiendo su bebé cada vez que se coge al pecho, que se resuelve fácilmente con un poco de información, paciencia y una báscula cada cierto tiempo.

Son muchas las que se lo preguntan, ojo, y me consta que hay madres que acaban pasándose al biberón porque les da mucha más tranquilidad tener ellas el control de lo que debería controlar su bebé. Pues para estas madres, supongo, se ha inventado el "MilkSense", un monitor para que las madres que dan el pecho a sus bebés sepan cuánto come su bebé, o lo que es lo mismo, inventan un arma de doble filo, porque nos lo venden como el invento definitivo que las madres tanto ansiaban y puede acabar siendo un problema.

Cómo funciona el aparato

El monitor "MilkSense" es un sensor que se pone en el pecho, mide los cambios eléctricos que se van produciendo entre mediciones y te dice cuánta leche tienes en ese instante y cuánta después de la toma, o bien hace el cálculo y te dice cuánto ha tomado, de ese pecho, tu bebé. La medición es totalmente indolora, muy rápida, pues te da el resultado en solo 10 segundos.

Mirad el vídeo a continuación y sabréis cómo funciona el tema:

En Alemania ha recibido el premio Kind + Jugend Innovation Awards 2013 como el producto más innovador en la categoría “Cuidado del Bebé", pero a mí me parece relativamente peligroso. ¿Sabéis aquello de que toda innovación que puede ser beneficiosa para la humanidad, puede ser peligrosa según en manos de quién caiga? Pues esto sería algo parecido y ahora os explicaré por qué.

Los bebés tienen que comer a demanda

Si me preguntarais cuánto tiene que comer un bebé de 2 semanas os diría "no sé". Si me preguntarais cuánto un bebé de 2 meses os diría "no sé" y si me preguntarais acerca de un bebé de 6 meses, de los que ya comen algo de comida, os diría "no sé". "Pues vaya un enfermero de pediatría, que no sabe cuánto tienen que comer los bebés", pensaréis alguno. Otros os dirán exactamente lo que tienen que comer y por dar una respuesta seguramente le daréis más validez que a la mía, pero no, yo tengo más razón.

Un bebé de seis meses tiene que consumir diariamente entre 491 y 779 kcal. Pero esto si es un niño, porque si es una niña, entonces tiene que consumir entre 351 y 819 kcal diarias. "¿Pero no decías, Armando, que no lo sabías?". Sí, claro, sí lo sé, pero fijaos en los números que os acabo de dar, saberlo o no saberlo es indiferente, da igual, porque no tengo manera de saber si tu hija es la que necesita 351 kcal diarias o si es la que necesita 819 kcal, que come más del doble que la primera. Así que como no sé cuál es la tuya, pues te digo que no lo sé y quizás así se te quite la necesidad de saber cuánto tiene que comer un bebé, ya que sólo él lo sabe.

¿Acaso comemos igual todos los adultos? ¿Verdad que no? Pues con los bebés pasa lo mismo. Solo ellos saben cuánto tienen que comer y por eso los bebés tienen que comer a demanda. La naturaleza les dotó de sed para saber cuándo necesitan hidratarse y les dotó de hambre para saber cuándo y cuánto necesitan comer. ¿Saben los animales salvajes cuántos gramos de carne cruda necesitan consumir? No. Ellos sienten hambre y cazan. Si no tienen hambre, pues no cazan.

Y los bebés, pues lo mismo, cuando tienen hambre se quejan, entonces llega el pecho, se agarran, sienten que la leche que entra les va calmando esa sensación tan desagradable (que ellos no saben que se llama hambre) y dejan de quejarse. Así hasta que la vuelven a sentir y vuelven a pedir. Curiosamente, dejándoles que ellos manejen la situación, crecen bien, engordan bien y llegan a los seis meses estupendamente.

¿Y los que toman biberón?

Pues como hemos dicho en otras ocasiones, también. ¿Qué diferencia hay entre los bebés amamantados y los que toman biberón? Porque yo creo que vienen dotados igual con su mecanismo de sed y su mecanismo de hambre y en consecuencia deberían poder elegir cuándo y cuánto comer, aunque la leche haya cambiado. ¿O si una madre se saca la leche y la da en biberón, el bebé ya no debe ser quien controle cuánto comer?

El control, ¿del bebé o de la madre?

Exacto. El control. De esto va todo, de controlar lo que hace el bebé en todo momento, incluso de controlar lo que él debería controlar. Saber cuánto ha comido el bebé no sirve de nada. Si las cosas van bien, perfecto, la madre está tranquila. Pero, ¿y si el bebé está comiendo poco? ¿De qué ayuda el aparato? Sólo sirve para certificar que está comiendo poco, pero oye, ¿cuánto es poco? Porque "tengo una amiga cuyo bebé se toma biberones de 90 ml y el mío sólo ha comido 47 ml del pecho izquierdo y 21 ml del derecho. Pero oye, le acabo de llevar al pediatra, al control de peso de rutina, y resulta que está aumentando muy bien de peso. Pero no me quedo tranquila, voy a intentar darle otra vez el pecho."

Y situaciones como esta pueden repetirse continuamente porque la máquina trata de ceder el control a la madre, cuando quien tiene que tener el control es el bebé. Él decide cuánto y él decide cuándo, porque los bebés de biberón pueden estar dos horas o tres sin comer, algunos hasta cuatro, pero los de teta suelen comer más veces. O sea, comen menos por toma, probablemente, pero hacen más tomas.

No es una necesidad real

Así que eso de tratar de controlar la cantidad que un bebé tiene que tomar de leche materna es un error, pues corremos el riesgo de empezar a ofrecerle al bebé más pecho del que necesita, más tiempo, más tomas, o de empezar a desconfiar si en algún momento del día la madre ve que tiene menos cantidad de leche. Vamos, que algo tan simple como amamantar, algo para lo que la madre debe tener confianza plena, se transforma en un sinfín de números y mediciones que puede obsesionar a cualquiera, y sobre todo a aquellas que tengan más dudas al inicio. No ayuda, añade problemas.

Saber lo que el bebé come no es una necesidad real, pues si las cosas van bien veremos que nuestro hijo crece y engorda. Si las cosas no van tan bien, veremos que no engorda lo suficiente y entonces habrá que ver qué está pasando. Pero eso ya se ve con una báscula.

Dice el pediatra Carlos González que los biberones deberían ser opacos para que las madres no sepan cuánto comen sus hijos y, en caso de no acabarlos, no sientan la necesidad de obligarles a seguir comiendo. Los biberones opacos aún no han llegado, me temo. Y en la espera por que alguien los inventen ha pasado algo peor. En vez de lograrse que todas las madres y todos los padres queden en la ignorancia sobre la cantidad que comen sus hijos han logrado que ahora todos sepan exactamente cuánto comen. O sea, vamos a peor.

Más información | MilkSense
En Bebés y más | Mitos sobre la lactancia materna: “El pecho hay que darlo mirando el reloj", Alimentación complementaria: ¿Cuánto tiene que comer mi hijo? (I) y (II), ¿Cómo saber cuándo tiene hambre el bebé?: si llora es que llegas tarde

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