La leche materna es un alimento "vivo e inteligente"

La leche materna es uno de los fluidos corporales menos estudiados por la ciencia hasta el momento. Medio siglo atrás, los científicos revelaron información básica sobre su composición, pero en la actualidad, gracias a los avances tecnológicos, podemos conocer cada vez más acerca de esta sustancia que es mucho más que un simple alimento para el bebé. La leche materna es un alimento "vivo e inteligente".

Ostenta el título de ser nada menos que "la primera comida funcional de la naturaleza". Bajo ese título se ha desarrollado un interesante estudio publicado en la revista Science que profundiza en la composición de la leche materna y los beneficios que aporta al bebé.

Leche materna, lo mejor para el bebé

Sabemos muchas cosas sobre la leche materna. Que es un alimento "vivo" que se adapta a las necesidades del bebé a medida que éste va creciendo. Que incluso cambia de consistencia y de color en una misma toma. Que contiene todos los nutrientes que el bebé necesita para alimentarse de forma exclusiva hasta los seis meses, y complementada con alimentación sólida hasta como mínimo los dos primeros años de vida. Que protege la flora bacteriana del estómago del bebé y que le aporta inmunidad frente a alergias, infecciones y enfermedades.... Y así podríamos seguir nombrando beneficios de todo tipo, y ni una sola contra.

A primera vista, la leche materna es una mezcla de grasas, proteínas y azúcares capaz de alimentar al recién nacido, pero hay mucho más. Por ella también circulan células del sistema inmune a la madre que protegen al bebé, células madre regenerativas y miles de moléculas bioactivas.

Estás moléculas bioactivas protegen frente a infecciones, controlan inflamaciones, estimulan el sistema inmune y el desarrollo de los órganos, y en el caso de los oligosacáridos, dan forma al microbioma del recién nacido.

Microbioma es un concepto relativamente nuevo que se utiliza para definir a la colonia de microorganismos presentes en una parte del cuerpo, en este caso en el intestino del bebé.

Bacterias poderosas

Estudios recientes nos revelaron que la leche materna contiene más de 700 bacterias, una cantidad llamativa que ni los propios investigadores esperaban encontrar. Sin embargo, la función que cumple cada una es un misterio. Todavía hay mucho por investigar acerca de este "oro líquido".

Lo que sí se ha podido saber es que la leche materna transporta carbohidratos complejos llamados oligosacáridos (exclusivos de la leche materna), proteínas y encimas inactivas.

Al tomarla el bebé y llegar al estómago estás encimas se activan y se dividen los péptidos beneficiosos (moléculas formadas por la unión de varios aminoácidos), que ayudan al sistema inmune, de las proteínas.

Una vez en el intestino, los oligosacáridos promueven el crecimiento de las bacterias buenas presentes en él, llamadas bifidobacterias. Además, junto con los péptidos ayudan a limpiar el intestino de bacterias "malas" que pudieran enfermar al bebé.

Este es el caso de la enterocolitis necrosante neonatal (ENN), una enfermedad que afecta principalmente a los bebés prematuros con una mortalidad del 25%, cuyo riesgo de padecerla se reduce tres veces en los bebés que toman leche materna.

Las investigaciones sobre la leche materna

Se ha ignorado durante años el estudio de la leche materna por ser "poco moderno", pero ahora la ciencia vuelve a mirarla con interés como objeto de estudio.

En la década de 1950, el físico ganador del premio Nobel Richard Kuhn y el famoso pediatra Paul György hallaron que la clave de leche materna se encontraba en los oligosacáridos, capaces de promover el crecimiento de unos microbios llamados bifidobacterias.

Pero las investigaciones se detuvieron. Mientras tanto, los científicos siguieron trabajando en técnicas capaces de descifrar la complejidad de los oligosacáridos.

Medio siglo más tarde, en 2006 un equipo de la UC Davis, liderado por el químico en alimentos Bruce German volvió a centrarse en la conexión entre la leche materna y el microbioma.

Comenzaron a trabajar en la identificación de las bacterias de la leche y consiguieron aislar y secuenciar la Bifidobacterium longum biovar infantis, que contendría los genes necesarios para que los oligosacáridos de la leche pudieran digerirse.

Los oligosacáridos parecen ser el ingrediente clave en la leche materna. De hecho, el nutricionista Lars Bode, de la UC San Diego afirma que "la primera compañía que consiga introducir un oligosacárido en su producto, marcará la diferencia".

Aún así, ninguna leche artificial conseguirá tener la "inteligencia" de la leche materna. Es una sustancia natural, un alimento vivo que muta, se transforma y se adapta a lo que el bebé necesita en cada momento. Eso, no habrá nada que lo pueda superar.

Vía | Revista Science
Fotos | Thinkstock

En Bebés y más | Este genial y sencillo experimento muestra cómo cambia la leche materna durante la toma para adaptarse a las necesidades de tu bebé

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