A menudo hablamos de bares, restaurantes y otros establecimientos que con muy poco acierto instan a las mujeres que amamantan a irse al WC a alimentar a sus bebés, a taparse o a irse del local. Hablamos de ellos por lo injusto que nos parece que hagan algo así y tratando de mostrar que lo normal es que se produzca un cambio y que algo así no se repita.
Lo que no esperábamos es que los establecimientos se sumaran a la causa hasta el punto de, no solo normalizarla, sino protegerla, gracias a una iniciativa en sus carteles donde dicen: "Si necesita amamantar a su bebé, entre sin pedir permiso que le invitamos a algo".
Todo empezó en Chile
La idea surgió un 21 de enero en la página de Facebook "Mamás amando el caos". Las administradoras, dos mamás de Guatemala, decidieron proponer esta iniciativa en base a algo que habían visto en Chile.
Para impulsarla enviaron una invitación a 15 grandes establecimientos, de los que no obtuvieron respuesta. Al parecer, otros comercios más pequeños se hicieron eco de la convocatoria y por decisión propia se acogieron a ella.
Primero fue un restaurante, que animaba a las madres lactantes a entrar si necesitaban amamantar, invitándolas a un té. Luego un café, otro restaurante y así hasta ocho establecimientos que ofrecen refrescos naturales, té o una taza de chocolate.
Pronto en más países
Lo más llamativo es que la iniciativa está empezando a cruzar fronteras. Al parecer, algunos establecimientos de Costa Rica se han sumado ya a la causa y ya hay personas interesadas en Atlanta y Texas, en EE.UU., que han contactado con las promotoras para saber más de la iniciativa.
En realidad, tampoco es que haga falta
A lo que aspiramos los padres que hemos tenido hijos lactando es a vivir en un lugar en el que nadie te critique por amamantar, o en el que un bebé pueda ser alimentado con independencia del lugar en que se encuentre. Vamos, que nadie pueda decirte que estás en un lugar inadecuado para hacerlo.
Con eso basta y sobra. Basta con que una madre pueda entrar a cualquier bar o restaurante y pueda dar el pecho si su bebé se lo pide sin que nadie le diga que se tape o que lo haga en otro lugar.
Pero eso no quiere decir que esta iniciativa sea estupenda, no ya por las madres que puedan entrar siguiendo la invitación, sino sobre todo por todas las personas que, paseando por la calle, leerán el cartel y verán que amamantar no tiene por qué ser un acto excluyente.
Vamos, que es una excelente idea porque para llegar a lo primero, para que todos podamos vivir en un mundo en el que una mujer pueda amamantar sin reparos, hay que pasar probablemente por lo segundo, por iniciativas como estas, que ayudan a normalizar la lactancia en público.
Vía | Prensa Libre
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