El Bebé Simulador, tal el nombre de este muñeco-robot, acompaña a los padres y pedagogos en esta cruzada que se lleva a cabo en instituciones bajo el lema “Período de reflexión sobre bebés" (sic).
La muñeca no puede comprarse en las tiendas de juguetes; es un robot controlado por ordenador y programado para tener todas las necesidades de un recién nacido: llora, come, se despierta por las noches y no se lo puede dejar solo. Las adolescentes-mamás, cautivas por una pulsera que contiene un chip, no pueden alejarse de sus simuladores mientras dure la experiencia. El “juego" dura una semana y tiene como objetivo, según sus defensores, enseñar a las jovencitas que ser mamá no es tan fácil como parece.
Además de intentar que a las adolescentes se les quiten todas las ganas de tener hijos antes de tiempo, ¿qué otro fundamento justificaría una práctica tan extravagante?