La comprensión lectora está empeorando y Suecia lo tiene claro: aparca las pantallas en las aulas para volver a los libros

El aprendizaje se ha basado desde siempre en la lectura y la escritura. Nadie discute que gracias a ellas hemos evolucionado hasta lo que hoy somos y que perder cualquiera de estas herramientas supondría un grave retroceso en nuestra historia.

Las pantallas, sin embargo, han llegado para cambiar la forma en la que enseñamos y aprendemos. Tal vez es demasiado pronto para sentenciar si para bien o para mal, aunque no son pocas las voces que se decantan por esto último.

Una de ellas (y que está acaparando la atención internacional), es la de la ministra de educacion sueca Lotta Edholm, una persona que tiene clara  la importancia que tiene la educación en su país  "Lo que sucede en las aulas de hoy determina el futuro de Suecia" afirma de forma tajante en su página de la Secretaría General del Gobierno de Suecia, y que ha tomado una decisión que ha dado la vuelta al mundo por ir en contra de la corriente educativa actual.

La comprensión lectora empeora, las pantallas se aparcan

Actualmente la ministra es noticia porque ha decidido aplazar la estrategia de la Agencia Nacional de Educación Escolar (Skolverket) en su plan digital, que fue presentado en diciembre de 2022, un programa que se extiende desde el preescolar y cubre toda la vida escolar de los niños y adolescentes.

Al parecer, los resultados del estudio internacional PIRLS, que examina la capacidad lectora y las actitudes hacia la lectura en estudiantes de 4º de primaria han sido determinantes en su decisión.

Los datos indican que aunque el país ha obtenido una puntuación de 544, situándose por encima de la media europea (528), la española (522) y la francesa (514), ésta ha descendido 11 puntos respecto al informe de 2016.

En su afán de obtener evidencia científica del efecto de las pantallas en los niños, la ministra ha acudido a la Asociación de Pediatras y el Instituto Karolinska, dos organismos que han sido muy críticos con estas y han encontrado problemas estructurales en el plan de digitalización. Por ese motivo, el gobierno ha tomado la decisión de ponerlo en pausa para su revisión e invertir más presupuesto en la vuelta de los libros de texto.

¿Estamos dando pantallas a los niños por encima de sus posibilidades?

Pantallas en el restaurante, pantallas cuando se aburren en casa, pantallas cuando estamos en la sala de espera del médico, pantallas colgadas en el cochecito cuando damos un paseo y pantallas para estudiar. No hay que profundizar mucho en el tema para al menos pensar que estamos dando pantallas a los niños muy por encima de sus posibilidades.

Lo malo es que muchos padres creemos que estamos beneficiando a los niños en vez de perjudicarles, argumentando que se pueden desarrollar muchas habilidades de una forma interactiva y divertida. Sin embargo, estamos obviando eso que tanto preocupa al gobierno sueco: la comprensión lectora de los niños se está viendo seriamente afectada, con todo lo que eso acarrea.

Eso por supuesto sin contar con otros tantos perjuicios que pueden traer y que están altamente demostrados: dificultad para concentrarse, una mala postura, problemas de visión e incluso de salud mental.

¿Cuál debería ser el camino a seguir?

Tal vez el problema no son las pantallas en sí, sino el prescindir por completo del papel, de la lectura tranquila, de los resúmenes escritos... de volver al proceso mental elemental que supone analizar y trasladar, ya sea de forma escrita u oral, todos esos pensamientos y conclusiones que obtenemos cuando leemos.

Un cambio abrupto entre una y otra opción puede no ser acertado, así como tampoco lo es enfocar la educacion solo en una de ellas. La pregunta tal vez debe ser si las herramientas con las que estamos educando a nuestros hijos son las más adecuadas para fortalecer su pensamiento crítico, su capacidad de concentrarse sin estímulos de por medio y su creatividad.

No se trata solo de usar pantallas porque es el futuro, sino plantearnos si esa herramienta efectivamente les está aportando todo lo que los niños necesitan para enfrentarse al mundo que les depara. Tal vez como apunta la misma ministra Edholm “hay que centrarse en competencias básicas como la lectura, la escritura  y las matemáticas” porque no podemos aprender a volar si no sabemos caminar antes.

Imagen de pressfoto

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