Hace dos semanas el Consejo de Ministros aprobó el anteproyecto de ley orgánica para la protección de los menores en los entornos digitales, cuyo objetivo es garantizar los derechos de los menores en el ámbito digital, así como el derecho a la protección de sus datos personales y al acceso a contenidos adecuados para su edad.
Entre las medidas más destacables está elevar de 14 a 16 años la edad para prestar consentimiento para el tratamiento de datos, y por lo tanto, necesaria para abrirse una cuenta en redes sociales, así como prohibir el acceso de los menores a los mecanismos aleatorios de recompensa (conocidos como lootboxes), y que los fabricantes incluyan obligatoriamente por defecto herramientas de control parental.
Una ley necesaria, pero no suficiente
Alberto Soler, psicólogo escritor y conferenciante especializado en familia y crianza, cree que una regulación sobre los menores en internet es "totalmente necesaria, pero que difícilmente sea suficiente porque no podemos delegar en una regulación el papel educativo de las familias".
En un evento convocado por Google España ha señalado la importancia de que las familias tengan "un marco al que acogerse para poner esas normas de funcionamiento". Y da un ejemplo muy explicativo: "No es que yo sea un padre malvado que no te permite tener un perfil de TikTok con 12 años, es que legalmente no te lo puedo permitir, al igual que beber, fumar o conducir".
"Necesitamos una regulación que dé soporte a las recomendaciones familiares, pero no puede servir de excusa para relajar esa parte de control familiar que considero básica".
Soler apunta a que el entorno digital es un aprendizaje más en el que tenemos que acompañar a nuestros hijos, como lo es, por ejemplo, andar en bici. "Hemos creado una falsa dicotomía entre lo analógico y lo digital", que no debería existir. Así como queremos estar presentes en otros momentos de su vida, "tenemos que estar presentes en su vida digital, aunque no nos apetezca, acompañarles. Y la única forma de acompañar es desde el conocimiento".
Eulalia Alemany, directora de innovación estratégica de Fundación Fad Juventud añade sobre este punto:
"Si no hay pedagogía, la ley no va a tener ningún efecto".
A las familias les preocupa mucho la seguridad de los menores online
Una regulación es muy necesaria, teniendo en cuenta que las preocupaciones de los padres y madres en relación con la seguridad en internet son grandes. Google España revela en el estudio "Percepciones de las familias españolas acerca de la seguridad de sus hijos en internet" que si bien el 98% de las familias conoce la importancia de iniciar conversaciones tempranas sobre seguridad digital (entre los 5 y 8 años), persisten preocupaciones clave, principalmente el engaño pederasta online (45%), el ciberacoso (44%) y el consumo de contenidos sexualmente explícitos (42%).
Estas preocupaciones aumentan a medida que los niños crecen, ya que el 71% de las familias con hijos de 13 a 17 años reconoce que es más difícil establecer normas y supervisarlos durante la adolescencia.
Poner normas y dar ejemplo en el mundo digital
A la hora de promover hábitos saludables en torno a la tecnología, Alberto Soler cree que "es esencial educar desde el ejemplo. No podemos imponer una serie de requisitos que luego nosotros no vamos a cumplir".
"Es muy sano que a nivel familiar existan una serie de normas que sean compartidas por todos los miembros de la familia, como por ejemplo: a partir de tal hora que haya un toque de queda digital en el que todos guardamos los dispositivos, crear una estación de carga para que todos los dispositivos de la familia se carguen en una zona común de la casa, como la cocina, el salón, el despacho...
"No tener normas diferenciadas entre los adultos y los menores da mucha fuerza a estas reglas. De ahí surge la legitimidad, porque nosotros estamos predicando con el ejemplo."
Por su parte, Laura Cuesta Cano, divulgadora y fundadora de Educación Digital para Familias, remarca que tenemos que conversar con ellos desde pequeños, escucharles de forma activa para crear un espacio seguro.
"Esas conversaciones se tienen que empezar a edades muy tempranas. Les damos tecnología cada vez antes y tenemos que ir creando ese espacio seguro para que nunca haya una pregunta que no nos puedan hacer".