Unos grandes y otros pequeños, algunos graves y otros muy simples. En general, todos tenemos secretos en mayor o menor medida y por motivos muy diversos, que pueden ir desde algo que deseamos olvidar hasta la verguenza de pensar que otros se enteren de cosas que quizás no son tan buenas.
Solemos ocultarlos y evitar mencionarlos frente a los demás, principalmente porque no queremos que se nos juzgue por ellos o porque tememos dar una impresión errónea de nosotros, en especial si se trata de algo que choca con nuestra forma de ser o la manera en la que nos desenvolvemos.
Sin embargo, confesar nuestros secretos podría tener su lado positivo de acuerdo con algunas investigaciones. Estas son las recompensas que podrías obtener al compartirlos con otras personas.
El peso de mantener secretos
Aunque es verdad que guardar secretos no es igual para todas las personas (especialmente porque esto dependerá del tipo de secreto que se elija mantener oculto), desear o temer que esa información o conocimiento salga a la luz puede tener un peso emocional considerable sobre nosotros.
De acuerdo con un estudio, en la intención por mantener nuestra reputación y el esfuerzo que hacemos por evitar que dichos secretos sean conocidos, nos llevamos de paso nuestra paz mental y creamos barreras en nuestras relaciones con los demás: "sobreestimar los costos reputacionales de revelar información negativa podría dejar a las personas cargando con un peso más pesado de secretos de lo que sería óptimo para su propio bienestar."
Es decir, pensamos que contar un secreto o algo negativo hará que los demás nos juzguen, optando por ocultar la verdad y guardar el secreto. Pero la realidad es que somos nosotros mismos quienes nos creamos esa idea de un juicio severo por parte de los demás. Mantener ese temor exagerado puede terminar por afectar nuestra salud mental y emocional.
Dicho en pocas palabras: preocuparnos demasiado por lo que los demás pensarán de nosotros puede hacer que guardemos más secretos y hacernos cargar con un peso innecesario.
Abrirnos con los demás es beneficioso
Amit Kumar, profesor de la Universidad de Texas y uno de los autores del estudio, explica en un vídeo que contrario a lo que muchos podamos pensar, confesar nuestros secretos tiene su recompensa y puede ser beneficioso para nuestras relaciones sociales.
Por ejemplo, durante su investigación se pidió a los participantes que revelaran algún secreto, encontrando que la reacción de las otras personas no era tan terrible como la que los participantes del estudio esperaban: "La información negativa que mantenemos en secreto tiende a ser evaluada de forma más positiva de lo que habíamos pensado", explica.
Añade que debemos tomar en cuenta que los demás podrían juzgarnos de una manera más social, observando "la humanidad en lo que estamos revelando y el hecho de que lo estamos revelando".
Mientras nosotros nos enfocamos en el contenido de nuestros secretos, la otra personas está pensando en lo que nos costó la decisión de compartirlo con ellos. Esto es, notan y observan las cualidades positivas requeridas para hacer esa confesión, como la honestidad, la confianza y la vulnerabilidad.
Cuando revelamos un secreto, no solo le estamos diciendo a la otra persona "confío en ti", sino que también damos una muestra de apertura y autenticidad, dos cualidades que siempre son valoradas en las relaciones sociales.
La próxima vez que te sientas presionado por cargar con un secreto, recuerda que -siempre que sea en un ambiente de confianza y se maneje con sinceridad- las personas no suelen reaccionar de forma tan negativa, y suelen apreciar y reconocer la valentía y honestidad que existe al compartir algo tan personal.
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