Este estudio publicado en Obstetrics and Gynecology, fue realizado a 267 mujeres que se encontraban en la semana 36 del embarazo aproximadamente y que tenían programada la inducción en el trabajo del parto. Al 30% de estas mujeres se les tuvo que realizar una cesárea de urgencia.
El IMC de más de 30, incrementó el riesgo en seis veces, ser alta lo redujo levemente, sorprendentemente, aumenta el riesgo veinte veces si es el primer embarazo y por último, un cuello del útero más largo, medido con ultrasonido (no se hace normalmente), se asoció a un mayor riesgo de dar a luz por cesárea. Estos cuatro factores estuvieron relacionados en las cesáreas por urgencia que tuvieron que realizar de entre todas las medidas evaluadas, por lo que se consideró apto para predecir razonablemente qué mujer puede necesitar una cesárea en el parto.
Estos estudios tienen que afianzarse, pero de ser así, las embarazadas podrán conocer como se desarrollará el parto con la tranquilidad de haberlo planificado.
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