Dan Buettner, tras 20 años investigando sobre longevidad: “Los alimentos que componen las dietas de las personas más longevas del mundo son los más baratos”

Dan Buettner, tras 20 años investigando sobre longevidad: “Los alimentos que componen las dietas de las personas más longevas del mundo son los más baratos”
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Dan Buettner es el mayor experto en longevidad a nivel mundial. Es periodista, explorador, miembro de National Geographic y descubridor de las 'Blue Zones' (Zonas Azules), las regiones del mundo donde viven las personas más sanas y longevas, algunas hasta los 100 años o más.

La alimentación es, desde luego, una de las claves de la longevidad de estas personas, junto con otros hábitos como realizar ejercicio en sus actividades cotidianas, sin darse cuenta que lo están haciendo, y mantener un red social fuerte.

Pero no habla de una dieta costosa ni sofisticada, sino al contrario. Hay una feliz coincidencia, dice Buettner. “Los alimentos que componen las dietas de las personas más longevas del mundo son los ingredientes más baratos”, afirma. “Son cereales integrales, legumbres y tubérculos [verduras de raíz]”.

Una dieta que sea la opción fácil y barata

Muchos de los problemas provienen del consumo de alimentos procesados, azúcares y carnes rojas, agravados por un sistema de salud que espera que los médicos hablen con las personas en citas de 15 minutos, dice Buettner.

“Es un problema que se ha ido gestando durante los últimos 75 años”, afirma Buettner. “También va a llevar mucho tiempo solucionarlo. No se trata de señalar con el dedo a las personas y decirles que no comen de manera saludable. La respuesta es revertir la toxicidad del entorno alimentario en el que todos vivimos en este momento”.

Las dietas rápidas no funcionan. "Intentar cambiar nuestro comportamiento fracasa casi siempre, para la mayoría de las personas”, afirma Buettner. Las dietas fracasan. La gente abandona los programas de ejercicio o los suplementos, afirma Buettner, a menos que la opción saludable se convierta en la opción fácil.

Él pudo constatar que las personas que viven en las zonas azules comen de forma habitual alimentos básicos, fáciles de cultivar y repletos de nutrientes. Una dieta sencilla basada en plantas, legumbres, semillas, granos integrales, frutas, frutos secos y una menor proporción de carnes rojas. Pescado también, pero menos de lo que pensamos, y especies pequeñas y baratas como las sardinas, las anchoas y el bacalao.

La mayoría de los alimentos que consumen las personas centenarias proceden de la huerta: verduras de hoja verde como las espinacas, la col rizada, la remolacha y los nabos, las acelgas y las coles. Combinadas con cereales integrales, frijoles o frutas, y aceites de origen vegetal, especialmente, el aceite de oliva, clave para controlar el colesterol según la ciencia.

Menciona además la relación de la comida con el problema del cambio climático que afrontamos en el mundo: “Lo primero que podemos hacer como individuos es cambiar nuestra dieta de una dieta basada en carne a una dieta basada en plantas”, sugiere Buettner. “La forma en que comemos representa aproximadamente un tercio de nuestra huella de carbono”.

“Esto demuestra que los productores de alimentos pueden producir alimentos verdaderamente saludables y ganar dinero con ello”, afirma Buettner. “Solo es necesario dejar de seguir las tendencias que se han mantenido desde siempre”.

Foto portada | Montaje propio (Flickr CC- World Economic Forum)

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