En la Edad Media era habitual dormir en dos turnos de descanso. La pregunta es por qué dejamos de hacerlo

Sabemos que lo mejor para obtener un buen descanso, además de un lugar adecuado y cómodo, es dormir las horas recomendadas según nuestra edad, algo que también nos ayuda a prevenir enfermedades y mejorar nuestra salud.

Ahora, lo normal o usual es que durmamos esa cantidad de horas durante la noche, acostándonos a una hora que nos permita cubrirlas todas hasta despertar a la mañana siguiente.

¿Pero sabías que esto no siempre ha sido así? Hasta hace unos 200 años, lo habitual era dormir como lo hacían en la Edad Media: en dos turnos.

El sueño bifásico de la Edad Media

Como mencionábamos al inicio, actualmente intentamos cubrir nuestras horas de descanso durmiendo de tirón, pero en la época medieval esto se hacía en dos turnos o fases.

De acuerdo con el historiador Roger Ekirch, a quien se le atribuye descubrir esta peculiar rutina de descanso en la Edad Media, en aquellos tiempos lo normal era acostarse a dormir por unas cuantas horas, despertarse en la madrugada y volver a la cama a dormir un poco más por la mañana.

En otras palabras, dormir del tirón no era lo habitual: se solía dividir el descanso nocturno en dos mitades, con un intermedio de horas activas. A esto, Ekirch le llamó "sueño bifásico".

Encontrando evidencias en cuentos, historias, diarios, registros médicos y otros testimonios de la época, Ekirch descubrió que eso de dormir en dos turnos se practicó prácticamente en todo el mundo durante siglos, desde Europa y África hasta Australia y América del Sur.

Un típica noche de descanso medieval

Las investigaciones de Ekirch, según relatan en BBC, señalaban que la rutina nocturna de las personas que realizaban este sueño bifásico era algo más o menos así:

Alrededor de las 21:00 horas, las personas se iban a la cama -regularmente juntas, como ya lo vimos en otro artículo sobre los hábitos de sueño de la Edad Media-, con la finalidad de dormir un par de horas durante su "primer sueño", como solían llamarle. A eso de las 23:00 horas, se despertaban para tener un pequeño periodo de vigilia nocturna, de unas dos horas.

Durante esta ventana de tiempo, que ocurría de manera natural y sin la necesidad de alarmas, las personas se dedicaban a hacer todo tipo de cosas, incluyendo tareas ordinarias o domésticas, como echar leña al fuego, ordenar, leer, tomar remedios o ir al baño.

Otros dedicaban ese tiempo a hacer oración o reflexionar aprovechando las estrellas y el silencio nocturno, pero Ekrich señala que las actividades principales durante esas horas despiertos eran el socializar con otras personas, conversar en la cama o tener relaciones sexuales.

Después de unas horas despiertos, las personas volvían a la cama para tener su segundo turno de dormir, definido como un "sueño mañanero", que podría extenderse más allá del amanecer.

Las investigaciones de Ekrich le hicieron descubrir que en realidad este sueño bifásico había sido lo habitual durante siglos, hasta que comenzó a desaparecer en el siglo XIX. ¿Qué fue lo que pasó y por qué dejamos de dormir en dos turnos?

La respuesta está en la Revolución Industrial

De acuerdo con Ekrich, quien además de estudiar los hábitos de descanso en la antiguedad también analizó experimentos recientes sobre el sueño, la principal razón por la que se comenzó a dormir del tirón fue la llegada de electricidad:

"La iluminación artificial se volvió más predominante y poderosa, y además de alterar los ritmos circadianos de las personas, permitió que se quedaran despiertas más tarde", explica, señalando que esta iluminación artificial alargaba el primer sueño y acortaba el segundo.

Así, con el paso del tiempo y los cambios en la rutina y sociedad, se fueron abandonando los dos turnos de descanso nocturno, hasta llegar a la rutina de sueño que tenemos hoy en día.

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