El equipo de especialistas contrastó las mediciones de los agentes contaminantes de las áreas donde vivían los donantes, señalando que el ozono formado en el aire tóxico era el único agente contaminador que aparecía relacionado con la disminución de la producción de esperma. En cambio, el monóxido de carbono o el óxido nítrico que dañan el aire, parecía no tener efectos.
El equipo de Rebecca explicó que el ozono, aunque no alcanza los testículos directamente, podría producir una respuesta inflamatoria o causar sustancias tóxicas en la sangre que dañaran el esperma.
La investigación publicada en la revista The New Scientist, todavía no ha finalizado, ahora quiere investigar en los hombres con un bajo nivel de esperma.
Vía | New Scientist