Las intoxicaciones por geles de hidroalcohol en niños aumentan un 900%: qué síntomas pueden provocar y cómo hacer un uso seguro

El Servicio de Información Toxicológica (SIT) del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF) ha emitido un comunicado para alertar de un aumento significativo de intoxicaciones accidentales por geles hidroalcohólicos en niños durante la pandemia. En concreto, las intoxicaciones han aumentado un 900% con respecto al 2019, y 600 niños han tenido que ser atendidos por este motivo.

Aunque los geles de hidroalcohol se han convertido en una medida de higiene complementaria para prevenir el contagio por coronavirus, es necesario hacer un uso correcto de ellos, especialmente cuando los aplicamos en niños pequeños, pues de lo contrario podría tener consecuencias negativas.

De 90 consultas por intoxicación registradas en 2019, a casi 900 este año

Durante el año 2019 se registraron un total de 90 intoxicaciones accidentales provocadas por geles hidroalcohólicos. Pero este año la incidencia ha aumentado considerablemente, y desde que se iniciara la pandemia ya se han atendido 874 intoxicaciones.

De ellas, casi 600 fueron intoxicaciones en niños, siendo 368 de ellos menores de dos años

El 84% de estas intoxicaciones fueron por vía oral, mientras que un 7% se produjeron por irritación de la mucosa ocular, un 3% por inhalación y más de un 2% por exposición cutánea.

Sin duda los datos son muy significativos, y aunque "más del 80% de las consultas recibidas han sido por síntomas de carácter leve que revierten en poco tiempo", según ha señalado Antonio Alonso, director de Instituto Nacional de Toxicología, es importante hacer un buen uso de este producto y mantenerlo fuera del alcance de los niños.

En ese sentido, el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, ha lanzado un mensaje a las familias para pedirles precaución con el uso de estos geles cuando hay niños cerca: "Protejámonos, protejámosles", ha señalado.

¿Qué reacciones adversas pueden provocar los geles de hidroalcohol?

Como indica su nombre, los geles de hidroalcohol están compuestos principalmente por alcohol etílico (entre el 60-85%) y agua, aunque también se incluyen otros compuestos como la glicerina, que ayuda a hidratar la piel y a minimizar los riesgos de reacciones adversas. Algunos geles incluyen además aromas especialmente dulces, como flores o plantas cítricas.

Según advierten los pediatras, la composición de estos geles puede ocasionar graves problemas de salud si son utilizados de forma incorrecta o ingeridos.

Usados en grandes cantidades pueden irritar la piel, producir enrojecimiento y sensación de quemazón. Además, si a continuación el niño se lleva las manos a la boca o a los ojos, se podría ocasionar una inflamación y enrojecimiento de las mucosas, e incluso vómitos.

Las probabilidades de daño dermatológico se multiplican si el niño (o adulto) tiene problemas de piel previos, como dermatitis atópica, psoriaris o cualquier otra patología o alteración. En estos casos, es necesario consultar con el dermatólogo o el pediatra, y mantener siempre la piel muy hidratada o incluso aplicar cremas reparadoras.

En el caso de inhalar o ingerir una gran cantidad se podría producir una intoxicación con síntomas muy graves, que incluirían:

  • Dificultad respiratoria
  • Somnolencia
  • Bajada de azúcar en sangre
  • Convulsiones, en los casos más severos

Ante la sospecha de una intoxicación accidental, los pediatras recomiendan no provocar el vómito en caso de que la intoxicación se haya producido por ingestión, y si es debido a que el gel ha entrado en contacto con los ojos o ha producido reacciones adversas en la piel, lavar abundantemente la zona con agua.

Deberemos consultar con el médico o llevar al niño al hospital en función de la gravedad de los síntomas, y a ser posible conservar el envase del producto, pues la etiqueta podría ser de gran ayuda a la hora de tratar al niño.

La prevención es clave

En todo caso, ya sea con los geles hidroalcohólicos como con cualquier otro producto de limpieza, cosmética, medicamentos o higiene, la prevención es la clave, por lo que hemos de situarlos fuera del alcance de los niños y cuando tengan necesidad de utilizar el gel siempre supervisaremos la cantidad que se echan y cómo se lo aplican.

Además, recordamos que si se tiene acceso al lavado de manos con agua y jabón el uso de estos geles no debería ser la opción prioritaria, especialmente en el caso de los niños.

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