En la mayoría de las casas solemos tener un frutero donde conviven todas las frutas juntas sin preocuparnos mucho por ello. Es un error muy habitual en el que ni siquiera reparamos, pero hay una importante razón para dejar de hacerlo, explican los expertos.
Frutas como las manzanas y los plátanos producen etileno, un compuesto que favorece el proceso de maduración y acelera el de otras frutas que estén cerca. Por tanto, no deberías colocar las manzanas junto a los plátanos en el frutero, excepto que quieras que maduren más rápido y se echen a perder antes de tiempo.
El etileno es un gas de origen natural considerado la "hormona de envejecimiento de las plantas" que se utiliza en la agricultura para inducir la maduración de las frutas. Es el responsable de que éstas cambien de color, obtengan una textura más blanda y desarrollen su sabor y aroma característicos.
Las manzanas, plátanos y peras producen producen mayores cantidades de etileno cuando empiezan la maduración. En cambio, otras como cerezas o arándanos fabrican menor cantidad y afectan menos a otras frutas.
Las primeras son las frutas climatéricas, que continúan con el proceso de maduración incluso después de ser recolectadas gracias al etileno, como por ejemplo manzanas, plátanos, melones, aguacates, albaricoques, higos, nectarinas, melocotones, ciruelas o peras. Estas, por tanto, no conviene guardarlas junto a otras frutas.
Las frutas no climatéricas, en cambio, maduran solo mientras permanecen en la planta y dejan de hacerlo tras la recolección. Por tanto, su vida útil se reduce si se recogen en el punto de madurez máximo. Es el caso de cerezas, uvas, naranjas o piñas.
Dónde y cómo conservar los plátanos y las manzanas
Aparte de separar las manzanas de los plátanos, los expertos recomiendan cómo guardarlos. Una duda frecuente es si debemos o no meterlos en la nevera.
“Para consumirlos en el grado de madurez deseado, es mejor dejarlos en un ambiente fresco, pero no frío”, asegura Amparo Gamero, experta en tecnología de los alimentos y profesora colaboradora de los Estudio de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Según la UOC, refrigerar esta fruta cuando todavía está verde puede hacer que se endurezcan e incluso pierdan el sabor y el motivo es muy sencillo. Lo cierto es que el frío de la nevera se encarga de ralentizar el proceso de maduración. El mismo frío también deteriora la piel del plátano y es por esta causa que adquiere pronto un color marrón a pesar de que su interior sea totalmente comestible. Lo mismo sucede, por ejemplo, con el aguacate.
En cuanto a las manzanas, también basta con tenerlas en un lugar fresco y seco y donde el aire pueda circular para evitar la formación de humedad o moho. Si las vamos a conservar a largo plazo, aguantarán prácticamente como recién recolectadas durante muchas semanas refrigeradas en la nevera entre 0º y 3ºC.