A los padres nos preocupa mucho la alimentación de nuestros hijos, y procuramos que esta sea siempre lo más saludable y equilibrada posible, huyendo de alimentos con poco valor nutricional o perjudiciales para su salud, tanto a corto como a largo plazo. Pero además de los alimentos poco recomendables, también hay alimentos prohibidos en la dieta infantil, según la edad que tenga el niño.
Hemos elaborado un listado con las restricciones alimentarias que debes tener en cuenta, y los motivos que ofrecen los expertos. Está organizado por franjas de edades, de manera que lo que no puede consumir un niño de seis años, tampoco podrá tomarlo otro de menor edad.
Niños menores de un año
1) Leche de vaca
Hasta el primer año, el principal alimento del bebé es la leche, tanto materna como artificial. Pero no se debe ofrecer a los bebés menores de un año leche de vaca por el exceso de proteínas y minerales que contienen, y que pueden causar sobrecarga en sus riñones.
Las proteínas de la leche humana, así como de la leche de fórmula adaptada, tienen las cualidades y proporciones exactas para los bebés, por lo que no sólo no es necesario incorporar ninguna otra bebida a su dieta, sino que puede llegar a ser perjudicial para su salud.
2) Bebidas vegetales
Las bebidas vegetales de avena, quinoa, arroz, soja, coco, almendras... no deben incluirse en la dieta de los menores de un año de acuerdo con la Asociación Española de Pediatría (a excepción, lógicamente, de las fórmulas vegetales adaptadas para lactantes que se venden en farmacias bajo prescripcion médica).
Por encima de esta edad, los pediatras aconsejan ofrecerlo de manera puntual y como un alimento más dentro de una dieta variada y equilibrada, es decir, sin que sustituyan a otros con mayor valor nutricional como la leche de vaca, y por supuesto la leche materna.
Cuando por un tema de salud, la leche de vaca es sustituida por bebidas vegetales, la dieta debe estar supervisada por un médico o nutricionista, que asegure un correcto aporte proteico y de calcio.
3) Sal
La sal no es adecuada para los riñones de los bebés en pleno proceso de maduración, además de que altera el sabor de los alimentos que están descubriendo por primera vez. Así que cuando cocinemos para nuestro bebé, recordemos que no es necesario echar sal a sus comidas y en caso de ofrecer alimentos procesados (por ejemplo, los potitos), debemos tener en cuenta el etiquetado:
- Alto contenido en sal: 1,25 gr. de sal o 0,5 gr. de sodio por cada 100 gr. de producto.
- Bajo contenido en sal: menos de 0,25 grs. de sal o 0,1 de sodio por cada 100 grs. de producto.
4) Azúcar
El azúcar, bajo cualquiera de sus nombres, es un alimento totalmente innecesario, tanto en la dieta de los niños como en la de los adultos.
Es cariogénico, desmineraliza, no aporta nada nutricionalmente, es adictivo y además está asociado directamente con la obesidad infantil. Así que, el objetivo es retrasar su introducción lo más posible, y no ofrecerlo nunca antes del primer año.
5) Miel
La Asociación Española de Pediatría, la Asociación Americana de Pediatría y el Instituto Nacional de la Salud en EEUU recomiendan no dar miel de abeja ni de caña a los menores de 12 meses, por el riesgo de botulismo, una enfermedad de poca prevalencia, pero potencialmente fatal.
Pero tampoco es recomendable ofrecer este alimentos a los menores de tres años, ya que la miel es altamente cariogénica, es decir, eleva el riesgo de padecer caries. Si aún así, se decide dar al niño mayor de 12-18 meses un poco de miel, es importante extremar las medidas de higiene bucodental a continuación.
6) Espinacas
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición y la Asociación Española de Pediatría recomiendan no incluir espinacas como plato único en la dieta del bebé, pues contienen altos niveles de nitratos que pueden ser muy perjudiciales para su salud.
Su toxicidad viene determinada por su reducción a nitritos en el cuerpo humano que, en altas concentraciones pueden originar metahemoglobinemia. En niños y sobre todo en bebés serían suficiente cantidades mínimas para desencadenar trastornos graves. Aquellos bebés y niños de corta edad que están expuestos a altas concentraciones de nitratos a través de la dieta, pueden sufrir el “síndrome del bebé azul”.
7) Acelgas
Al igual que ocurre con las espinacas, las acelgas también contienen altos niveles de nitratos perjudiciales para la salud de los más pequeños, y no se deberían ofrecer como plato único a los menores de 12 meses.
Pero en caso caso de querer incluir acelgas (o espinacas), en la dieta de un bebé, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria recomienda que el contenido de estas verduras no sea mayor del 20% del contenido total de la ración de comida.
8) Remolacha
La remolacha es otra de las verduras prohibidas por el Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría durante el primer año de vida del bebé, por el mismo motivo que las dos anteriores: sus altos niveles de nitratos.
A partir de esta edad, y hasta los tres años de vida del niño, se recomienda no dar más de una ración de estas verduras al día, y evitar su consumo en niños que presenten infecciones gastrointestinales.
9) Algas
Las algas son alimentos con grandes cantidades de hierro y calcio, pero también un exceso de yodo, que puede causar graves problemas de salud. Por eso, están prohibidas en la dieta de los bebés, y los expertos recomiendan que algunas variedades como arame, kombu e hiziki tampoco se ofrezcan a los menores de cinco años.
10) Alimentos picantes
El Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría incluye los alimentos picantes o muy especiados dentro de las restricciones alimentarias de los menores de un año. La razón es simple: al igual que nos ocurre a los adultos, los niños quieren comer alimentos con sabor agradable, y su paladar no está acostumbrado a sabores fuertes y picantes. Además, podrían desarrollar reacciones adversas.
A partir del primer año de vida, si en casa se consumen platos especiados o picantes, podemos comenzar a ofrecérselo a nuestro hijo con mucha precaución, en cantidades mínimas y siempre que al niño no le resulte desagradable.
11) Bebidas energéticas
Las bebidas energéticas ofrecen grandes cantidades de azúcar, cafeína y taurina, y su consumo en se asocia a un mayor índice de obesidad, dolores de cabeza, problemas del sueño, problemas de estómago y trastornos de conducta.
En realidad, este tipo de bebidas no deberían consumirse en ninguna etapa de la vida, pues solo aportan calorías vacías y de mala calidad, pero El Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría prohíbe su consumo en menores de un año.
12) Bebidas gasificantes
Las bebidas con gas o refrescos, son otra de las restricciones que hace el Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría en los menores de 12 meses, pues contienen tal cantidad de azúcar, que supera con creces las recomendaciones de la OMS.
Esto se traduce en una mayor predisposición a sufrir sobrepeso y obesidad infantil, así como otras enfermedades relacionadas, tales como diabetes, enfermedades cardiovasculares, hipertensión y triglicéridos altos. Además, el gas que contienen este tipo de bebidas produce distensión gástrica, haciendo que disminuya el apetito y provocando en ocasiones dolor abdominal.
Niños menores de tres años
13) Lácteos desnatados
A partir de los 12 meses de edad los niños ya pueden comenzar a tomar leche de vaca, pero esta debe ser entera, pues la grasa de la leche favorece la absorción de las vitaminas A y D, además de ser importante para su crecimiento.
Sin embargo, a partir de los tres años, la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria recomienda que los lácteos pasen a ser semidesnatados, una consideración que también debemos tener en cuenta si el niño presenta problemas de colesterol, consume muchos lácteos o tiene sobrepeso.
14) Cabezas de gambas, langostinos y cigalas
Según la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria, las cabezas de langostinos, gambas y cigalas contienen cadmio en su interior, por lo que se debe evitar el consumo en menores de tres años y limitarlo al máximo en el resto de la población.
El cadmio es un metal que se acumula en el organismo y que puede ocasionar daños a largo plazo, tanto en el hígado como sobre todo en los riñones, pudiendo causar disfunción renal.
15) Caparazones de cangrejos y centollos
Pero el cadmio no solo se encuentra en las cabezas de ciertos mariscos, sino que también está presente en las vísceras de los caparazones del cuerpo de cangrejos y centollos, siendo así otro de los alimentos prohibidos en niños menores de tres años.
"Los consumidores de este tipo de productos deben ser conscientes de que el consumo de estas partes de los crustáceos puede conducir a una exposición inaceptable de cadmio, particularmente cuando el consumo es habitual" - podemos leer en un informe elaborado por la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria.
Niños menores de seis años
16) Frutos secos enteros
Son pequeños, redondos y no se deshacen en la boca, por lo que los frutos secos son uno de los alimentos más proclives a provocar asfixia. La Asociación Española de Pediatría recomienda no ofrecérselos enteros a los niños, por lo menos hasta los cinco o seis años, y siempre con precaución. Sin embargo, este alimento se puede dar molido a partir de los seis meses, pues es una excelente fuente de calcio y otros nutrientes.
17) Carne de caza
Los niños menores de seis años y las embarazadas no deberían consumir carne procedente de animales cazados con munición de plomo, pues el plomo no se absorbe directamente y podría causar daños neuronales.
Niños menores de 10 años
18) Pez espada, tiburón, y lucio
A finales de 2019, la AECOSAN elevó de tres a diez años la edad recomendada para comenzar a consumir peces de gran tamaño como el pez espada (o emperador), el tiburón o el lucio, por su alto contenido en mercurio. Para niños a partir de 10 años y hasta los 14 años, se debería limitar el consumo de estas especies a 120 gramos al mes.
El consumo excesivo de metilmercurio tiene un efecto tóxico en la salud, ya que se acumula y puede llegar a producir daños neurológicos y cerebrales. Por eso, también se recomienda que las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia eviten consumir estos pescados.
19) Atún rojo
El atún rojo es otro de los peces grandes prohibidos en la dieta de los niños menores de diez años y en las embarazadas, pues también contiene cantidades de metilmercurio de elevada toxicidad para el organismo, aunque en menor concentración que los pescados anteriores.
En cualquier caso, es preferible optar por pescados de menor tamaño como boquerones y sardinas, o atún claro enlatado.
Niños a ninguna edad
20) Pescado y marisco crudo (sin congelación previa)
El pescado y marisco crudo o poco hecho (por ejemplo, el sushi) no debería consumirse en ninguna etapa de la vida, pero debemos evitarlo especialmente en niños y embarazadas, ya que dificulta la digestión y entraña riesgo de transmisión del anisakis, un parásito en forma de gusano que anida en mamíferos marinos, peces y crustáceos, y que puede provocar graves reacciones alérgicas e infecciones.
La medida más eficaz para matar las larvas de anisakis y evitar su contagio es comprando el pescado congelado (ultracongelación en alta mar) o bien congelándolo en casa durante un mínimo de 72 horas a -20º.
21) Carne cruda
La carne es un alimento muy perecedero que necesita de refrigeración y de una correcta cocción para eliminar cualquier germen que pueda ocasionar una intoxicación alimentaria.
La toxoplasmosis, triquinosis, salmonelosis, listeria y E.coli son las principales enfermedades que pueden transmitirse con el consumo de carne cruda o mal cocida, por lo que es fundamental que a la hora de cocinarla, la temperatura en el interior alcance los 65-70º.
22) Leche cruda
La leche cruda, es decir, aquélla que no ha sido pasteurizada, contiene bacterias como la E.Coli, la Salmonella o la Listeria que pueden ocasionar graves daños para la salud, especialmente en el caso de las embarazadas, niños y personas con el sistema inmune debilitado.
Es muy importante ser conscientes de los graves riesgos que conlleva el consumo de este tipo de y productos lácteos no pasteurizados (como por ejemplo los quesos blandos elaborados con leche cruda), además de saber que hervir la leche cruda no es suficiente para que sea segura.
23) Huevo crudo
El consumo de huevo crudo es una de las principales fuentes de contagio de la salmonela, una bacteria que puede poner en grave riesgo la vida, especialmente si hablamos de bebés o niños muy pequeños. Entre sus múltiples síntomas, la salmonelosis provoca vómitos y diarreas fuertes, que pueden llevar a la deshidratación y atención médica urgente.
Así que el huevo crudo (en mayonesas, salsas, merengues) o el huevo poco hecho (por ejemplo, el huevo pasado por agua o las tortillas poco cuajadas), no es seguro en la dieta de los niños.
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